La matriculación de hombres tiende al alza en los grados de Educación en la URV

El grado de Educación Infantil de la Universitat Rovira i Virgili ha duplicado en seis años el número de estudiantes del sexo masculino. El equilibrio en este tipo de estudios todavía es lejano, pero la tendencia apunta que cada vez más hombres deciden orientar su futuro profesional hacia la rama de la enseñanza.

«El hecho de que haya cada vez más chicos nos está diciendo que tienen más facilidades para trabajar en entornos históricamente feminizados», apunta el decano de la Facultad de Ciencias de la Educación y Psicología, Jordi Tous, quien expone que la situación de desigualdad numérica entre géneros también se da, pero en la inversa, en grados como los de ingeniería. El curso 2016-17, el número de hombres matriculados en algún estudio de Educación en la URV era de 299, mientras que el de mujeres era de 1.433. En el presente curso, los alumnos de sexo masculino son 352. Las mujeres, 1.375. El incipiente cambio de tendencia se ha notado más en el grado de Educación Infantil, donde este año ha matriculado a 80 chicos, una cifra muy alejada a la de 41 del curso 2016-17.

La diferencia se ha ganado con respecto al sexo femenino, que ha pasado de 600 alumnos a 539 en seis años. Sin embargo, el grado con más presencia de hombres es el de Educación Primaria, con 208 este curso, un 38% del total de alumnos. La Facultad de Ciencias de la Educación y Psicología cuenta con diferentes enseñanzas del ámbito de la educación: Pedagogía, Educación social, Educación primaria y Educación infantil.

Además, la URV ofrece la posibilidad de obtener una doble titulación de los dos últimos, la cual, desde el curso 2020-2021, se puede hacer en lengua inglesa. «Formar maestros con la capacidad para impartir clases en inglés es muy interesante. Los perfiles con esta competencia están muy solicitados», expresa Tous.

El decano manifiesta que los grados de educación tienen una elevada demanda a causa, entre otros factores, de las salidas profesionales. «Estos últimos años ha habido una jubilación masiva de profesorado, lo que ha supuesto un incremento de la oferta y del crecimiento del interés de los estudiantes», relata sobre las oportunidades actuales para acceder a un puesto de trabajo.

Con respecto al desequilibrio de la presencia de hombres y mujeres, considera que el cambio se tiene que trabajar, sobre todo, en el contexto familiar y cultural. Sin embargo, desde la misma universidad se impulsan políticas de igualdad con el fin de colaborar en la transformación social. «Sin embargo, a veces organizamos charlas o actos de sensibilización y el 99% de los asistentes son mujeres», comenta Tous.

El decano atribuye el elevado porcentaje de hombres en grados de ingeniería y el de mujeres en educación a circunstancias históricas y culturales. «Es difícil de explicar, pero hemos asociado culturalmente las carreras de cuidaje a las mujeres, como también la Enfermería o la Psicología, porque son más emocionales, y las más duras y competitivas a los hombres. Y no es una cuestión de capacidades», afirma.

«Sigue habiendo chicos que se plantean cursar Educación, sin embargo, por la presión del entorno, se preocupan en hacer una carrera técnica. Todo eso forma parte de una cultura machista que se va transmitiendo», añade Tous, quien cree que revertir la situación es un proceso lento.

Nuevas competencias

Por otra parte, los estudios del ámbito de enseñanza han evolucionado a lo largo de los años, lo que permite a los profesionales obtener unas competencias más completas. «Antes los estudios de magisterio eran más cortos y el acceso era más fácil», señala Tous. Ahora, la formación es más amplia y ofrece al alumno herramientas que le permiten tener una mayor polivalencia, tal como indica.

El doble grado en inglés, la elaboración del Trabajo de Fin de Grado, los periodos de prácticas o la posibilidad de estudiar fuera, a través de varios programas, como el Erasmus, son algunos de los recursos con los que cuentan hoy día los estudiantes de educación.

«Las estancias fuera del Estado permiten ver otros sistemas educativos, otras maneras de funcionar, y obtener una visión más completa», puntualiza Tous, aparte de destacar la importancia de mejorar las competencias lingüísticas.

Al mismo tiempo, desde las universidades también tratan de incorporar las nuevas tecnologías en los grados a fin de que los alumnos alcancen un buen nivel de competencias digitales. «Se tiene que saber utilizarlas para aprovechar los recursos», expresa el decano de la Facultad de Ciencias de la Educación y Psicología.

Entre los diferentes estudios de la misma facultad, algunos grados se imparten también en campus fuera de la ciudad. Educación Primaria, en Tarragona y en las Terres de l'Ebre.Educación Infantil, en Tarragona, las Terres de l'Ebre y el Baix Penedès.

«Hicimos esfuerzos para sectoritzarnos y poder absorber la demanda de diferentes zonas, como de la segunda corona del Área Metropolitana de Barcelona, motivo por el que abrimos la sede del Baix Penedès», explica Tous, quien añade que ahora, por los recursos actuales, la facultad tiene difícil crecer más.