«Hemos recibido toda la información, pero no recordábamos que se hacía esta tarde»

«¿Cuánto nos tenemos que quedar aquí cerrados?», preguntaba Fernando Oliveira. Ayer tarde, él y su pareja fueron a comprar en el Carrefour de les Gavarres y cuando se disponían a salir, se llevaron una pequeña sorpresa. Decenas de personas se habían reunido en las puertas del supermercado, mirando el aviso que había llegado a sus móviles, esperando que acabara el simulacro para salir.

«Somos de Salou y sabíamos que se haría porque el Ayuntamiento envió información, pero no recordábamos que era esta tarde», reconoció. A él también le llegó el mensaje de alerta, pero a su pareja no. El Carrefour, como otros establecimientos de les Gavarres, siguió el protocolo y, al sonar las alarmas, los agentes de seguridad instaron a las personas que se encontraban fuera a entrar rápidamente antes de cerrar las puertas. Algunos despistados han llegado unos minutos después del inicio de la prueba, pero también han podido entrar.

«Nos hemos asustado cuando han sonado las alarmas, ya que no sabíamos qué pasaba, sobre todo nos hemos preocupado porque vamos con una niña pequeña», confesó Roselis Serafín, que vive en Cambrils. «Como no somos de aquí, no nos ha llegado nada sobre el simulacro», comentó.

Como ella, muchos de los que ayer se desplazaron hasta les Gavarres no eran de las zonas donde se tenía que llevar a cabo la prueba, como era el caso también de Conchi Coria. «Soy de la Pobla de Mafumet y, aunque allí no se hace, vi la información por el móvil», explicó.

Aunque sabía que aquella tarde habría un simulacro, tuvo que salir para ir a buscar a su hijo, que salía del Instituto Comte de Rius. Aprovechando la ocasión, decidieron ir al Carrefour: «Ya que estábamos fuera hemos venido aquí a recoger un pedido que nos ha llegado hoy».

Óscar Muñoz, que también se encontraba en el supermercado cuando sonaron las alarmas, es de Logroño, pero era totalmente conocedor del simulacro y del protocolo a seguir: «He viajado hoy aquí porque mis padres son de la Floresta y me han explicado que esta tarde harían la prueba y nos tendríamos que confinar». «He venido a comprar pensando que volvería a casa antes de que empezara, pero no», indicó.

«Cuando suenen las alarmas yo me quedaré aquí cerrado hasta que acabe el simulacro», afirmaba Juan Blanco, que estaba trabajando en la ONCE que se encuentra justo en la puerta del Carrefour. En el momento de la verdad, sin embargo, los de Protección Civil lehicieron entrar dentro.

«Es muy necesario que se hagan estos simulacros. Cuando pasó la última explosión estaba aquí trabajando y la gente salió corriendo asustada, sin saber quéhacer», recordaba. Pasados poco más de diez minutos, se oyó el sonido de fin de alerta, las puertas se abrieron y la gente salió en tromba para volver a su vida normal.