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Enseñanza

La demanda del grado de Medicina en la URV crece un 58% en cinco años

El abanico de prácticas que ofrece la facultad es uno de los motivos por los que los estudiantes lo escogen como primera opción

L'accessibilitat dels docents són un altre dels motius de l'elecció del grau de Medicina de la URV.

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Cada vez más estudiantes escogen el grado de Medicina de la Universidad Rovira i Virgili como primera opción. En el curso 2017-2018, un total de 461 alumnos lo escogió como prioridad, mientras que, este año, la cifra se sitúa en 732, lo que supone un 58% más con respecto a hace cinco años.

«Mucha gente quiere venir porque ofrecemos muchas prácticas», explica la decana de la facultad de Medicina y Ciencias de la Salud, Fàtima Sabench. Sin embargo, la URV tan sólo puede absorber en torno a unos 135 alumnos por curso. Y con respecto a la nota de corte, también ha ido en aumento en los últimos años, ya que ha pasado de 12,35 a 12,86 en el mismo periodo de tiempo. Una estudiante de quinto curso, Mireia Montalvo, confirma la oferta de prácticas como uno de los motivos de su elección: «Tenía la posibilidad de ir a Barcelona, pero aquí, en el segundo cuatrimestre de tercero, ya empezamos a ir a hospitales».

La integración de los alumnos en el sistema sanitario se lleva a cabo de manera progresiva, ya que, aparte de las tareas de laboratorio y los seminarios, el primer año hacen prácticas en Centros de Atención Primaria.

«Cuando acaban la carrera ya están adaptados al ecosistema. Esta integración les motiva mucho. A veces, el hecho de estar seis años cursando un estudio puede ser desmotivador porque el final parece lejano, pero de esta manera los incorporas al sistema sanitario y es diferente», señala Sabench.

Además, el programa académico del grado permite a los alumnos conseguir diferentes competencias a través de las prácticas en varias especialidades médicas. «Es fundamental para ser médico», opina Montalvo en referencia a la experiencia como método de aprendizaje. «Al principio empiezas con un poco de miedo, pero, poco a poco, te vas integrando», añade.

Otra de las características del grado es la formación a través de la simulación de casos médicos. «La universidad contrata actores que simulan una patología porque les hacemos una exploración y los diagnosticamos», comenta Montalvo. Esta recreación después se traslada a la realidad, ya que mediante la práctica denominada Mini-CEX, los estudiantes aplican sus conocimientos en casos reales con la supervisión de un profesional cualificado.

Más allá de la oferta de prácticas, la elección del grado de Medicina también tiene otras ventajas. «Los alumnos nos dicen que están muy a gusto, que hay buen ambiente. Es una enseñanza muy personalizada y los profesores son muy accesibles», exponela decana de la facultad.

Por otra parte, Sabench considera que la elección de la carrera de Medicina también se debe a la claridad del camino académico: «La mayoría hacen el grado y después el examen para ser MIR (Médico Interno Residente), entonces saben que tendrán trabajo hasta los 30 y, posteriormente, pueden convertirse en personal facultativo especialista».

Aparte de algunas ingenierías, Medicina es el grado con mejor inserción laboral del sistema universitario catalán. La tasa de empleo, una vez superado el MIR, es próxima al cien por cien. Sin embargo, Montalvo también destaca la necesidad de tener vocación.

Por otra parte, Sabench considera que, a pesar de la demanda, es muy difícil que la URV, por espacio y unidades docentes actuales, pueda ampliar el número de plazas. «Sea como sea, haremos lo que nos digan a nivel ministerial», manifiesta. Al mismo tiempo, expone que la solución no es «fabricar más médicos», sino aumentar las plazas de MIR y facilitar la formación de especialistas.

Con respecto al grado de la URV, el curso 2022-23 cuenta con 133 estudiantes de nuevo acceso, de los que 106 son mujeres (79,7%) y 27 son hombres (20,3%). Aunque la cifra va variando, el porcentaje del sexo femenino presenta una tendencia ascendente, mientras que la del sexo masculino es descendente. Por ejemplo, en el curso 2017-18, las cifras se situaron en 81 mujeres (58,2%) y 58 hombres (41,7%). «En los años noventa éramos mitad y mitad, ha sido un cambio progresivo», expone Sabench.

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