Patrimonio
El silo encontrado en el 14 de Estanislau Figueras de Tarragona es de época medieval
Se acabará de excavar el solar para llevar a cabo un tratamiento de los restos arqueológicos
El edificio número 14 de la avenida de Estanislau Figueras, derrocado poco antes de que empezara el verano, escondía un silo de origen medieval. Esta es la conclusión a la que llega un informe de intervención arqueológica elaborado por la empresa A Priori y encargado por el Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya, según ha podido saber Diari Més. La memoria del expediente también confirma la presencia de indicios arqueológicos en el solar «con una potencia estratigráfica superior a lo que se creía en un principio», es decir, que llegan a una profundidad mayor de lo que se esperaba. El resto de hallazgos, más allá del silo, se han fechado en época contemporánea, entre los siglos XIX y XX, y en un estado de conservación «muy irregular».
La Comisión Territorial del Patrimonio Cultural de Tarragona examinó, a finales de septiembre, el proyecto básico de construcción de un edificio plurifamiliar de trece viviendas en el solar de Estanislau Figueras donde se efectuaron las recientes descubiertas.
El órgano acordó que se completará la excavación del depósito, así como se abriera el acceso al silo, siempre que no se comprometa la estabilidad de las estructuras. A continuación, se tramitará el correspondiente tratamiento de los restos, previa autorización de la Dirección General del Patrimonio Cultural, y se efectuarán los movimientos de tierras que queden pendientes.
En estos momentos, se está a la espera de que se ejecuten las acciones acordadas, que iniciarán una vez se reciba la licencia correspondiente por parte del Ayuntamiento tarraconense, según afirman fuentes del Departamento de Cultura.
Los restos arqueológicos se encontraron una vez se había acabado el derribo del número 14 y cuando se iban a hacer los cimientos del nuevo edificio. El arqueólogo Marc Dalmau, quien informó al Diari Més del hallazgo, apuntó que podría tratarse de una cisterna que, con el paso del tiempo, se acabaría utilizando como subterráneo. También detectó, enla tierra extraída durante las obras, fragmentos de cerámica.
Por su parte, el presidente de honor de la Real Sociedad Arqueológica Tarraconense, Rafael Gabriel, planteó la hipótesis que los restos, junto con los que se habían descubierto con anterioridad enlos números 3 y 18 de la misma avenida, podrían pertenecer a convento de Santa Anna, uno de los «templos extramuros de la Tarragona medieval», construido durante la segunda mitad de la edad media y que desapareció en el transcurso de la guerra de los Segadores, entre 1640 y 1642.