«El miedo a la inversión inicial en Tarragona frenó la acogida de la Copa Intercontinental»

— Hace unos meses la Generalitat cedió el Palau d'Esports al Ayuntamiento. Desde entonces, ¿cree que la gestión del equipamiento es la ideal? — Siempre he tenido claro que la Generalitat nos tenía que dar el Palau d'Esports entero para poder sacarle todo el provecho. Si hubiéramos estado más hábiles o la Generalitat lo hubiera tenido en cuenta, habríamos podido conseguir las gradas supletorias y el parquet entero y, de esta manera, los acontecimientos organizados habrían tenido un rédito mucho más alto porque nos habríamos ahorrado el alquiler de las gradas. Que se abra el Palau es una buena noticia, pero creo que tendrían que haber acabado la obra para tenerlo al cien por cien. Porque ahora, cuando se instale el parquet entero, se tendrá que detener la actividad de los clubs, que supondrá un dolor de cabeza. Y si quieres tener una buena vuelta, tienes que ofrecer la capacidad mínima de 5.000 espectadores que requiere la mayoría de acontecimientos grandes. Es mejorable y esperamos que algún día esté de verdad acabado. Y, a partir de aquí, que se confirme como una de las mejores instalaciones que hay en Cataluña.

— ¿Qué otras apuestas tendría que hacer Tarragona para atraer grandes acontecimientos?

— Ofrecer la Anellacomo un espacio integral, no sólo el Palau. Tenemos la piscina, la pista de atletismo, que es de las pocas prácticamente nuevas en Cataluña... Lo tenemos que ofrecer como un producto único para hacer pretemporadas o competiciones de todo tipo, no todo tienen que ser macroacontecimientos.

— En este sentido, también se fomentaría el turismo deportivo. ¿Qué peso puede tener para aquella zona y para Tarragona?

— El turismo deportivo tiene que ser uno de los motores sociales y económicos del futuro de la ciudad. Cuidando mucho el tema medioambiental y tratando que los servicios sean buenos. Tenemos que aprovechar el hecho de tener un espacio único donde están concentrados diferentes equipamientos de primer nivel, más el espacio de la laguna, donde se pueden hacer muchas actividades. Que alguien pueda estar aquí consumiendo, comiendo en restaurantes o comprando en las tiendas es un caramelito que no podemos desperdiciar.

— ¿Cree que durante el actual mandato se ha apostado por el turismo deportivo?

— Poco. Creo que por inercia sí que se han hecho cosas. Por ejemplo, con la piscina, ya que desde la celebración de los Juegos Mediterráneos vienen equipos del extranjero, pero ha sido más bien porque ellos han escogido este destino que porque lo hayan ido a buscar. Y por presión se celebró la Liga Catalana de baloncesto. Por presión y para dar a conocer el Palau se optó por un acontecimiento así, pero no hay planificación. Tienes que hablar con las federaciones y proyectar competiciones de diferente magnitud. La planificación ahora mismo no existe y creo que lo tenemos que hacer en un futuro. Tenemos que saber qué campeonatos están libres, cuál es su posible retorno social y económico y apostar por tener un buen calendario. Y no todo tiene que depender del Patronato de Deportes. También tienen que estar involucradas otras consejerías y la parte privada, que tenemos que hacer que crea e invierta. En el ámbito del deporte, ahora mismo, no acompañan las otras áreas.

— ¿Qué acontecimientos deportivos se podrían organizar?

— Desde competiciones pequeñas enfocadas a la gente de la ciudad hasta campeonatos de Europa de categorías inferiores, por ejemplo. El presidente de la Federación Española de Baloncesto, Jorge Garbajosa, me ofreció un acontecimiento hace muy poco. También hay equipos finlandeses de baloncesto que preguntan para venir aquí...

— ¿Qué ofreció Garbajosa?

— Un acontecimiento muy potente que requiere inversión económica, pero que el retorno hubiera sido muy grande. Sin embargo, parece que asusta la inversión inicial.

— ¿Quiere decir que trasladó la propuesta al Ayuntamiento?

— Sí. Laofrecí al equipo de gobierno. Se trata de la Copa Intercontinental FIBA de baloncesto, donde participan el campeón sudamericano, el campeón de Europa, un equipo norteamericano, otro africano, uno de Asia... Pretendían hacerlo en Tarragona en febrero del año próximo, dentro de cuatro meses. En el Palau d'Esports o en la Tàrraco Arena porque buscaban más de 5.000 plazas. Para organizarlo tienes que pagar un canon, pero recibes un retorno alto, estimado en más de 4 millones de euros. Dura cinco días, lo que hubiera supuesto que el espacio hotelero estuviera ocupado durante una semana en temporada baja. Incluso, hice videoconferencias con la federación, que estaba dispuesta a bajar cánones. Es respetable la opinión del Ayuntamiento, pero, con ganas y trabajo, el retorno era tan grande que creo que valía la pena.