Policial
Desarticulada una organización dedicada a robar estampando coches en los escaparates
Los delincuentes alquilaron una casa en Tarragona que les sirvió de base para cometer cinco robos a Barcelona y su área metropolitana
La Guardia Civil y los Mossos d'Esquadra han detenido a seis personas en una operación conjunta que ha permitido desarticular una de las redes más activas en España criadas en la «cultura el alunicero», a la que atribuyen once asaltos a locales de todo el país, aunque la cifra podría doblarse.
Así lo han destacado en una rueda de prensa el jefe del área central de Investigación de delitos contra el Patrimonio de los Mossos d'Esquadra, el subinspector Jonatan Herrera, y el jefe del Grupo de Delincuencia Organizada de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de Madrid de la Guardia Civil, el teniente Raúl Rico, que han detallado que el daño generado por la red alcanza como mínimo los 850.000 euros.
Entre los seis detenidos, que acumulan 235 antecedentes policiales principalmente por robo, figuran cuatro de los ladrones, todos ellos de nacionalidad española y originarios de los barrios madrileños de Vallecas y Villaverde, considerados la «cuna» de los alunizajes, ya que todos ellos se han «criado» en la «cultura del alunicero», según Rico.
Y es que, según los investigadores, si en los 80 proliferó la «cultura de los atracadores de bancos», los miembros de esta red se criaron en los barrios madrileños donde se acunó la «cultura del alunicero», la de aquellos ladrones que han optado por empotrar coches en escaparates para llevarse objetos de valor y vivir a todo lujo.
Según han informado fuentes próximas al caso, la banda, integrada por personas de entre 28 y 40 años de edad, estaba liderada por Mohamed, alias «Bubu», de origen marroquí, que es uno de los tres detenidos que ha ingresado en prisión preventiva.
Los miembros de la red residían en viviendas de Madrid -sin dejar nunca registro documental de su paso por ellas, ya que usaban a terceras personas sin antecedentes para ello- y gozaban de un alto nivel de vida gracias al dinero obtenido en sus golpes, ya que frecuentaban restaurantes de alto nivel y vestían ropa de marca.
Para cometer sus robos mediante el método del alunizaje, robaban vehículos de gama alta en Madrid y su área metropolitana -tenían elementos de alta tecnología de última generación para poder sustraerlos-, especialmente todoterrenos y vehículos familiares y, una vez doblaban las matrículas, los llevaban por toda España para empotrarlos en escaparates de comercios, cargarlos y huir a toda prisa.
La red tenía una gran movilidad, ya que podían salir a dar sus golpes unas cuatro noches a la semana, en las que podían asaltar dos o tres locales, con preparación previa -por ejemplo visualizando los locales por Google Street View-, aunque también improvisaban «in situ» y, si por ejemplo el local lo requería, no dudaban en sacar un mazo para entrar a él mediante el método del butrón.
En algunas de sus incursiones fuera de Madrid, alquilaron mediante terceras personas una casa en Tarragona, que les sirvió de base para cometer cinco robos entre el 20 y el 28 de enero en Barcelona y localidades de su área metropolitana, como Sabadell, Cornellà y Terrassa, donde mediante el alunizaje asaltaron dos cajeros de bitcoins en centros comerciales, un estanco, una empresa de material electrónico y una tienda de ropa de lujo en el paseo de Gràcia de Barcelona.
De esa forma, obtenían dinero en efectivo -en los cajeros de bitcoins hay euros-, y productos que los receptadores que trabajaban con ellos -dos de los cuales figuran entre los seis detenidos- podían revender con facilidad, con grandes beneficios, como telefonía, tabaco o ropa de lujo, pese a que la sacaran a un precio inferior al real.
Esos cinco asaltos en pocos días en el área de Barcelona fueron los que propiciaron el origen de la investigación por parte de los Mossos, que crearon un grupo conjunto con la Guardia Civil al comprobar en el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) que la banda robaba los vehículos en Madrid y se desplazaban por toda España.
De hecho, además de los cinco asaltos en establecimientos en el área de Barcelona, a la red se le atribuyen inicialmente otros seis en otros puntos de España, como en Tarragona, Madrid, Albacete, Ciudad Real y Soria, ya que es un grupo moderno e itinerante, «que no entiende ni de provincias ni de comunidades autónomas», según Rico.
En los golpes que se les atribuyen por ahora, los investigadores calculan que han generado un perjuicio económico de 850.000 euros: 700.000 por los daños por los alunizajes y el robo de material y 150.000 por el valor de los vehículos sustraídos.
Pese a que por el momento se les acusa de 16 casos -11 en establecimientos y 5 en vehículos-, se investiga su participación en 38 casos en total -de ellos 22 establecimientos y 16 vehículos-, según los responsables policiales.
Los investigadores han subrayado además que los miembros de la red demostraron una «nula empatía» con la integridad física de los demás, ya que no dudaron en embestir «sin complejos» a un vehículo de la Guardia Civil al sentirse en peligro o en circular unos 10 kilómetros contra dirección a 200 km/h en una autopista a las dos de la madrugada al verse sorprendidos por la una patrulla en una área de servicio.