El Ayuntamiento de Tarragona honra al fotógrafo 'Fer-vi' y la maestra Aragoncillo

El Ayuntamiento de Tarragona celebró ayer el acto de entrega de las distinciones de Hijo Predilecto al fotógrafo Josep Ferrer Vilar, Fer-vi, y de Hija Adoptiva a la maestra aragonesa Maruja Aragoncillo Ibáñez, en la Antigua Audiencia. «Son dos trayectorias personales que han hecho Tarragona grande. Los dos en ámbitos diferentes, pero les une la generosidad, la nobleza y ser personas valientes que han arriesgado», declaró el alcalde, Pau Ricomà. Aragoncillo llegó a Tarragona en el año 1983. Es exdirectora de la escuela pública de Bonavista y se ha implicado en su trayectoria con el sindicato USTEC, el Consejo Escolar Municipal, la ONG Entrepobles y Amics de la Gent Gran. Recibió el galardón en reconocimiento de su implicación con el barrio y los movimientos sociales.

La consejera de Relaciones con Asociaciones y Entidades Ciudadanas, María José López, añadió que la maestra «apostó por la inmersión lingüística», ya que impulsó la escuela pública y en catalán como herramienta de cohesión social. Aragoncillo reconoció que cuando le comunicaron que le entregarían la distinción, no se lo creía. «Yo sólo he trabajado por los ideales que me enseñaron de pequeña», señaló.

Josep Ferrer empezó su vida laboral ejerciendo de mecánico tornero, pero cuando decidió comprarse una pequeña cámara de plástico por 69 pesetas, se le despertó la pasión. Abrió una tienda de fotografía y un estudio en el Cós del Bou y, desde entonces, inmortalizó momentos ilustres de la ciudad, desde las fiestas de Sant Roc hasta la bajada de los carros del agua de Sant Magí. Ferré tuvo ayer un recuerdo especial para sus padres, invidentes, «porque con sus ojos no me pudieron ver y que ahora espero, allí donde estén, puedan verme como Hijo Predilecto de la ciudad en la que me engendraron».