Diari Més
Eva Olivares (@evacuinera)

Autora del libro 'Cuina per a famílies estressades' (Cossetània Ed.)

Libros

«Al final le coges manía al '¿qué hacemos para cenar?'»

En su libro, la autora ofrece recetas fáciles para ahorrar tiempo y esfuerzo a la cocina

Eva Oilvares té un canal de cuina a 'YouTube' amb més de 20.000 subscriptors.

«Al final le coges manía al '¿qué hacemos para cenar?'»Astrid Torra

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—¿La tuya es una familia estresada? —Sí, soy una madre estresada de una familia estresada. Somos cuatro, con dos niños de 6 y 10 años, y somos muy activos. Pero porque nos gusta: somos unos estresados felices.

—¿Y cómo cocina, una familia estresada y feliz?

—Cómo podemos [Ríe]. Hacemos lo que pienso que es imprescindible hacer, cuanto menos, entre semana: optimizar el tiempo. Sacar el máximo rendimiento para cocinar recetas sanas y correctas, que no supongan una hora y media de trabajo. Eso, intentando no repetir, que es el problema que tenemos todos. El famoso ¿qué hacemos hoy para comer? ¿ypara cenar? Al final, le acabas cogiendo mucha manía, a este ¿qué hacemos para cenar? El libro quiere ayudar a resolver esta pregunta.

—Admito que yo también soy una cocinera estresada. Dame tres claves para evitarlo.

—La primera es tener una buena despensa. Con eso, ya tienes medio trabajo hecho. Y no me refiero a tener recetas a medio hacer, sino ingredientes medio preparados. Ayuda mucho y ahorra tiempo. Por ejemplo, el concentrado de caldo, que lo puedes congelar y funciona como una alternativa saludable en las pastillas de caldo. Con una sola vez que hagas, tienes para todo el invierno, porque puedes ir cogiendo a cucharadas.

—¿La segunda clave?

—Optimizar pasos. Si lo podemos hacer todo en una misma olla, mejor que utilizar tres. Si cuando acabas de cocinar tienes una olla para limpiar en lugar de seis, la relación que tienes con la cocina es diferente. Te da menos pereza si sabes que con un solo utensilio lo puedes hacer todo, acabas teniendo una relación más amable con el hecho de cocinar.

—Seguro que me dirás que la tercera clave es planificar...

—No, a mí no me gusta, yo no planifico. Me gusta improvisar, aunque reconozco que si no sabes cocinar mucho, es difícil.

—Así pues, hoy por la noche, cuando llegues a casa, ¿qué harás?

—No lo sé. Abriré la nevera, miraré qué tenemos y qué podemos preparar con aquello. A menudo hago un símil con la gente que se prepara la ropa para el día siguiente. Hay quien tiene muy claro que cuando se levante se pondrá una camisa blanca y unos pantalones negros, por ejemplo. A mí me gusta abrir el armario y pensar cómo me siento, qué me representa o incluso qué tiempo hace. Ir un poco por sensaciones, y en la cocina también. La clave número 1 sería confiar en uno mismo, entonces te atreves a hacer lo que te apetece. También te tengo que decir que soy mucho fan de los congelados, pero congelados de calidad, que están muy bien y te permiten tener uno fondo de armario importante.

—El libro no funciona con los capítulos clásicos de Primeros, Segundos y Postres. ¿Cómo lo has organizado?

—Lo he planteado por momentos de las familias. Empiezo por el Despensa, porque es la base de cualquier cocina, y a partir de aquí hay propuestas como por ejemplo Día a día, con recetas muy sencillas pensadas por si te faltan ideas; Tardes de lluvia, por si tenemos niños y queremos pasarlo bien en la cocina, haciendo experimentos como unos espaguetis con colorantes naturales, o Cenas románticas, para cuando no lo tenías previsto, pero los niños no están, por el motivo que sea. También hay un capítulo titulado Invitar a la familia, porque he detectado que hay muchos jóvenes que no invitan a la familia a casa porque no saben qué preparar: la madre hace comidas tan buenas, que no saben qué hacer cuando ella viene a casa. Por eso he hecho este capítulo de recetas festivas pero muy fáciles.

—Te defines como creadora de contenidos gastronómicos y trabajas sobre todo a través de tu web y YouTube. Pero has hecho un libro en papel... ¿No es un contrasentido?

—No, de una banda, pienso que romper tendencias es muy rompedor [Ríe]. Además, aunque yo misma consulto mucho internet, también utilizo mucho los libros de cocina. De hecho, hace tiempo que decidí montar una repisa de libros de recetas en la cocina, porque en el despacho o en el pasillo no hacen nada. Mi idea es que la gente tenga el libro allí, lo ensucie, lo remueva y lo haga servir. No creo que los libros de cocina en papel estén tan muertos como nos quieren hacer creer.

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