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«Las plazas de zona verde son una manera de decirnos que no tengamos coche»

Los vecinos muestran preocupación y dudas por el hecho de que se hayan eliminado todas las plazas de aparcamiento gratuito en los alrededores de Torres Jordi y la Tabacalera

Els operaris actuaven ahir per pintar de verd les línies del pàrquing de Torres Jordi.

«Las plazas de zona verde son una manera de decirnos que no tengamos coche»Gerard Martí

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Aparcar en torno a la Tabacalera y de Torres Jordi ya no es gratuito. Durante estos días, se están llevando a cabo las tareas de señalización y delimitación de la zona verde, de manera que estacionar en la avenida de Vidal y Barraquer o en calles como Xavier Montsalvatge o el de Manuel de Falla costará dinero –con una tarifa mínima de 20 céntimos, que equivaldría a media hora–.

Los vecinos contarán con una tarifa diaria reducida de 40 céntimos, pero, a pesar de eso, la medida no les acaba de complacer. «Es una manera de decirnos que no tengamos coche», opina José Galdrán. Residente en Torres Jordi desde hace 20 años, Galdrán explica que el problema de la zona es que hay un «déficit de aparcamientos».

Vería con buenos ojos instaurar medidas como determinar un horario a partir del cual las plazas son de uso exclusivo para los vecinos –en la zona verde se podrá aparcar libremente cualquier día a partir de las 20 horas–, pero cree que hacer pagar para estacionar será «contraproducente». «Lo que se acabará consiguiendo es que si has encontrado un lugar, no te muevas. Si en el parking de la Tabacalera puedo dejar el coche por un euro al día, lo pago y lo dejo allí. Al final, la gente aparcará donde pueda», valora. Josep Maria Elías comparte opinión. Reconoce que hay coches que están demasiadas horas aparcados, pero cree que no es lógico tener que pagar para hacer una parada de cinco minutos. «Si vienen mis padres de visita, ya tienen que pagar», reflexiona. Es por eso que piensa que la medida comportará más problemas que soluciones.

A las mismas conclusiones llega Luis Eduardo Caña. Detalla que delante de la escuela El Serrallo ha llegado a ver colas de cuatro coches que esperaban turno para poder aparcar, a la espera de que algún conductor abandonara la plaza que en aquel momento ocupaba.

«No hay manera de aparcar por aquí y la zona verde tengo entendido que es para priorizar a los vecinos», afirma. Con todo, reconoce que no está conforme con la decisión de tener que pagar para poder estacionar. «Si eso lo tratan como una zona azul, no me parece nada bien», concluye.

La otra cara de la moneda

Manuel Antonio Pérez es contrario a la opinión general. Piensa que la medida ayudará a los vecinos a encontrar aparcamiento y que creará un efecto disuasivo entre las personas foráneas. «Los vecinos tienen que dar muchas vueltas para aparcar y no hay sitio porque hay personas que dejan el vehículo estacionado una semana o dos», comenta.

En la misma dirección apunta una vecina que prefiere mantener el nombre en el anonimato, que señala que los residentes tienen que ir a aparcar lejos de casa porque las plazas más próximas las ocupan clientes de los establecimientos comerciales cercanosy repartidores. Pérez tampoco es contrario a tener que rascarse el bolsillo. «Nada es gratuito. Estamos en el siglo XXI y las cosas funcionan así», asegura.

Pérez comparte mesa con un amigo, también residente del barrio. «¿En qué nos ayudará, eso? ¿Tú crees que alejará a la gente de fuera?», se pregunta. Este vecino tiene claro su veredicto: ve mal que se instaure una zona verde y considera que el problema principal es que hay demasiados coches y pocas plazas disponibles. «Que paguen si ellos quieren. Yo, como no quiero pagar, directamente no tengo coche», concluye.

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