Muchos restaurantes de Tarragona no abren durante Nochevieja porque «no vale la pena»

El marisco, el jamón, los galets, la escudella y los turrones han formado parte de la mesa de los tarraconenses durante estos días, pero el festín todavía no ha acabado. Muchas personas se reunirán para cenar juntas la noche del 31 de diciembre y, a continuación, dar la bienvenida al nuevo año. Las opciones para hacer la comida fuera de casa, sin embargo, son reducidas. En la ciudad, muchos restaurantes optarán por cerrar porque han llegado a la conclusión que no les sale a cuenta encender los fogones. «Es una noche que tienes que pagar el doble a la gente. Para hacer frente a los costes de personal, tienes que hacer un menú especial, más caro. Son cosas que no dominas y tienes que innovar. Y también tienes que llenar las reservas para compensar todo eso. No vale la pena», argumenta el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Tarragona (AEHT), Javier Escribano.

El también regente de La Morada detalla que abrir la noche del 31 implicaría cerrar el mediodía del 1, ya que el servicio acabaría bien entrada la madrugada «y el personal tiene que descansar unas horas». «Si ganas alguna cosa extra, lo perderás al día siguiente», argumenta.

Uno de los propietarios y director comercial del grupo El Pòsit, Àngel Pérez, también explica que, en estas fechas señaladas, la gente acostumbra a buscar «menús cerrados y especiales», cosa que no corresponde con la manera de trabajar del establecimiento y, por lo tanto, sólo programan por grupos durante el periodo navideño y exclusivamente entre semana.

Pérez añade que El Pòsit disfruta de una clientela muy fiel que «ya sabe a lo que viene» y a la que no le gustaría encontrarse con opciones diferentes para comer. En su caso, detalla que el local siempre ha cerrado la noche del 31 de diciembre para que el personal pueda pasar la velada con sus familias.

A diferencia de la noche de Fin de Año, el día 1 de enero se augura con positividad. Pérez asegura que la comida ya está completa al 100% «desde hace más de un mes», mientras que Escribano comenta que en La Morada espera completar las reservas en los próximos días y aprovechar el hueco que dejarán otros restaurantes que aprovechan estas fechas para hacer vacaciones.

«Lo que es la pandemia lo podemos olvidar porque todas las reservas, la facturación, ya se asimila a la de antes», apunta el presidente de laAEHT. «Clientes del año pasado ya reservaron mesa para este año», añade el director comercial de El Pòsit.

Hay que recordar, sin embargo, que el último Fin de Año todavía estuvo afectado por el covid. Cuando parecía que se podría volver a celebrar con normalidad, la Generalitat decretó el cierre del ocio nocturno y limitó los encuentros sociales a sólo diez personas, provocando una oleada de cancelaciones en los restaurantes.

Un fin de semana

Los restauradores lamentan que el paso del 2022 al 2023 se efectúe durante un fin de semana, igual que la Nochebuena. «Enlos fines de semana ya se trabaja bien. Si hubieran caído estos días un martes o un miércoles, cuando no tienes tantas reservas, habríamos tenido dos jornadas más de facturación fuerte», valora Escribano. Pérez, por su parte, califica el 31 de diciembre del «sábado normal» en cuanto al servicio de la comida. «Todavía no está del todo lleno, pero se llenará», afirma.

El ocio nocturno está listo para «seguir rompiéndolo»

«Es el estandarte del año». Con estas palabras, define el gerente de la discoteca Prémium Club, Javier Suárez, la fiesta que ha organizado para la noche del 31 de diciembre al 1 de enero. «Sólo queda un 10% de las entradas por vender», advierte.

Y es que, tal como detalla el presidente de la Federación Catalana de Locales de Ocio Nocturno (FECALON), Christian Compte, la previsión es que las discotecas se llenen para dar la bienvenida al 2023. «Se nota que la gente tiene muchas ganas después de tres años sin poder hacer nada por Fin de Año», valora.

Suárez detalla que el reto es conseguir atraer gente que no ha salido nunca de fiesta después de comer las uvasporque alcanzó la mayoría de edad cuando las restricciones todavía eran vigentes. No obstante, hay otro factor determinante a la hora de tomar decisiones: la inflación.

Compte y Suárez detallan que se han intentado mantener los precios para premiar la fidelidad de los clientes. «La inflación afecta sobre todo el día a día, pero las fiestas de Navidad y Fin de Año van aparte porque son días señalados en los que la gente quiere salir», comenta Compte. Por eso, se espera que la fiesta no se pare llegada la medianoche. «Ya lo estamos petando y enFin de Año seguiremos petándolo», concluye Suárez.