El Gobierno licita el proyecto para la recuperación de la finca del Vinyet de Tarragona

La Generalitat de Catalunya ha sacado a concurso público la redacción del proyecto de recuperación ecológica de la finca de la Plana del Vinyet de Tarragona. Los terrenos –que pasaron a manos del departamento de Territorio y Sostenibilidad después de que el Incasòl los comprara a una sociedad de Endesa por 935.000 euros en el año 2020– fueron adquiridos con el objetivo de reforzar el espacio de interés natural de la desembocadura del Gaià, que se encuentra justo al lado y que está protegido como refugio de fauna salvaje y como Zona de Especial Conservación (ZEC) de la red Naturaleza 2000 con el nombre de Costes del Tarragonès. Desde Infraestructuras.cat, se ha dado el primer paso para la redacción del proyecto para definir las actuaciones que permitan la restauración ecológica de la zona, que dispone de cuatro ambientes: un sistema dunar, el sistema litoral, el fluvial de los márgenes del Gaià y sistema agro-forestal interior.

En el sistema dunar se garantizará preservación y la recuperación de la integridad de los ecosistemas de la costa, así como de los paisajes y la geomorfología costeros, teniendo en cuenta la posible presencia de la especie Achillea maritima.

A través del proyecto, al sistema litoral se pretende mejorar la calidad de los hábitats de segunda línea que todavía se conservan detrás de la playa, caracterizados por una cierta carga de humedad y donde se pueden localizar organismos que viven en medios salinos.

Por otra parte, el proyecto tendrá que dar las herramientas para ampliar la vegetación de ribera de Gaià asociada al río a nivel extensivo, es decir, contemplando la mejora del existente, pero también plantear la recuperación de la vegetación en una transición más completa hacia la periferia, con el objetivo de restaurarla de forma integral.

Finalmente, en el cuarto sistema de la Plana del Vinyet, el agro-forestal interior, el proyecto pretende dotarlo de una estructura de mosaico de hábitats mediterráneos litorales «que favorezcan la biodiversidad (bosquetons, franjas arborizadas, prados, malezas, etc.)». En el estudio previo, según las bases del concurso público, habrá que valorar el interés de las parcelas con actividad agrícola existentes dentro del mosaico agroforestal que se quiere crear.