Largas esperas y pacientes en los pasillos en el Hospital Joan XXIII de Tarragona

Las urgencias del Hospital Joan XXIII «están muy saturadas». Es lo que denuncian los trabajadores y los sindicatos CSIF, SATSE y CGT, que incluso aseguran que se han vivido «días de colapso» durante las últimas semanas. Esta situación provoca que la gente tenga que aguantar largas esperas, «incluso de 6 0 8 horas», antes de poder ser atendido.

«Hay muchas personas que se quejan de que llegan por la mañana y que hasta por la tarde no han recibido asistencia», aseguran desde CGT. Otro de los problemas que se vive en el centro tarraconense es que muchos de los pacientes que acaban ingresando en planta se tienen que quedar en los pasillos, ya que no hay habitaciones libres. «Muchos se tienen que esperar hasta que den de alta a alguien que está ocupando una cama», indica Esperanza Nieves, delegada de SATSE al Joan XXIII. «Durante la última quincena de diciembre se vivieron algunos días de colapso», afirma Carmen Ruiz, responsable de sanidad de CSIF en Cataluña, que expone que, en plena Navidad, se ha llegado al pico de la gripe y que se ha juntado con los casos de bronquiolitis y covid. «Además, estos pacientes son muy complejos, les llamamos pacientes frágiles, que son muy delicados y necesitan una mínima calidad asistencial que, en estas circunstancias, no se puede asegurar», añade.

Ruiz indica que ayer continuaba la saturación en urgencias del Hospital Joan XXIII y que, en un momento dado, ya no se pudo ingresar más gente porque ya no quedaban camillas: «Había más pacientes que puntos asistenciales donde poder ser atendido».

La responsable de CSIF explica que se habilitó la planta 8 para atender a más pacientes de urgencias, pero que actualmente está muy llena. De hecho, desde CGT comentan que «las habitaciones de esta planta eran individuales y han hecho meter dos camas para poder acoger a más personas». «También está muy ocupado el sociosanitario, que es donde enviamos a las personas con el alta que no pueden ir a casa», indica Ruiz, quién advierte que la próxima semana la situación se podría complicar.

«Cuando hay vacaciones, los quirófanos para cirugías programadas no están activas y sólo se hacen operaciones de urgencia, pero la próxima semana volverán a estar en funcionamiento», detalla. Los pacientes necesitarán una cama donde poder quedarse durante los días o semanas siguientes a la cirugía, «pero ahora mismo están todas ocupadas por pacientes de urgencias».

El ICS niega el colapso

Si bien los sindicatos aseguran que las urgencias del Hospital Joan XXIII están colapsadas, desde el Institut Català de la Salut (ICS) lo niegan. Reconocen que durante las últimas semanas ha habido mucha actividad para los enfermeros porque es una época de gran incidencia vírica, pero que «en ningún caso se ha vivido una situación de colapso, ni hay falta de camas». También declaran que en el centro tarraconense se están habilitando todos los recursos necesarios para atender la demanda de la ciudadanía.

Sin embargo, la responsable de SATSE en Tarragona defiende que «las urgencias se colapsan porque no hay suficientes manos». Y es que uno de los problemas graves que denuncian enlos sindicatos desde hace años es la falta de profesionales.

«Durante estas fiestas se ha notado todavía más», indica Nieves, quien expone que «en España hacen falta 95.000 enfermeras según un estudio hecho recientemente». Además, denuncia que «nadie nos asegura la ratio de 625 enfermeras por cada 100.000 habitantes que está estipulado a nivel estatal».

Muchos trabajadores tienen que doblar turnos para paliar el déficit de personal. «Eso obliga a trabajar sacando la lengua fuera porque vas a un ritmo muy alto para llegar a todo, haciendo cosas que no te tocan», detallan desde CGT. Desde el sindicato explican que la saturación en urgencias también es provocada por la falta de espacio.

«Quizás antes el hospital era suficientemente grande, pero la población de Tarragona ha crecido mucho y el edificio ahora se ha quedado pequeño», aseguran. Eso sí, esperan que, con la construcción del nuevo edificio, la situación mejore, aunque «queda mucho para que sea una realidad y durante estos años todo continuará igual».

«Aunque las urgencias estén colapsadas, las puertas del centro siempre están abiertas, todo el mundo tiene garantizado su atención. El problema es que no hay suficientes puntos de asistencia para ser atendidos con una mínima calidad y eso también hace que se acumulen tantos pacientes en los pasillos», indica Ruiz.

Esperanza Nieves, por su parte, lamenta que «el perjudicado acaba siendo el ciudadano, que tiene que aguantar tantas horas». La responsable de SATSE remarca la necesidad de solucionar la falta de profesionales «para acabar con la saturación que se vive en el Hospital Joan XXIII».