Sucesos
La Guardia Civil decomisa nueve narcolanchas en el litoral tarraconense y ebrense en los últimos dos años
El cuerpo policial prevé intervenir una cifra similar de embarcaciones este año y dice que han perjudicado a los grupos criminales
La Guardia Civil ha decomisado nuevenarcolanchasenla costa tarraconense y del delta de l'Ebreentre 2021 y 2022. De estas, tres se encuentran custodiadas en sus instalaciones del puertode Tarragona a la espera de la autorización judicial para destruirlas. Las embarcaciones fueron intervenidas en el marco de actuaciones antidrogas, como la Maius, Palika o Drift, en las cuales se decomisaron más de nueve toneladas de hachís y se detuvieron a una sesentena de personas. Estos operativos han permitido «perjudicar» a las organizaciones criminales asentadas en el territorio, que desde hace unos años han cambiado el modo de operar y entran la droga por mar desde el norte de África. Este año, el cuerpo policial confía en intervenir el mismo número de lanchas ilegales.
Las tres narcolanchas custodiadas en las instalaciones del puerto tarraconense tienen un tamaño de entre doce y catorce metros, con tres motores cada una, los cuales tienen una potencia de entre 300 y 400 caballos. Una de ellas fue intervenida delante de la costa de Vandellòs i l'Hospitalet de l'Infant en octubre de 2021, gracias a la información de un navegante que la encontró abandonada -tenía un fallo técnico. La segunda lancha custodia fue decomisada en Deltebre, en marzo del año pasado, mientras que la tercera lo fue en Amposta el octubre pasado en el marco de una actuación hecha en un aparcamiento logístico. De estas tres, dos ya se les han retirado los motores por orden judicial y quedan a la espera de ser destruidas.
El año 2021, la Guardia Civil decomisó cuatro narcolanchas. En concreto, una en la playa de la Waikiki de Tarragona, otra en Vandellòs i l'Hospitalet de l'Infant y dos más en Deltebre. Con respecto al 2022, intervino cinco, tres de ellas en Deltebre, una cuarta en un taller de narcolanchas en Cambrils y la quinta en Amposta. «Centramos las persecuciones en el suelo, ya que estas embarcaciones son muy potentes y es complicado perseguirlas en el ámbito marítimo, supone un riesgo para los agentes que no hay que asumir, es fácil tener un accidente», afirma el capitán y jefe de la Unidad Orgánica de la policía judicial de la Comandancia de Tarragona, Héctor Muñoz.
Según el agente, la mayor parte de la droga intervenida es hachís. En global, en el marco de las operaciones Palika y Drift, hechas hace dos años, se intervinieron unas 2,5 toneladas. El año pasado, esta cifra creció y se decomisaron más de siete toneladas. Por lo que respecta a los detenidos, subraya Muñoz, se arrestaron 62 personas en los diversos operativos hechos. A la vez, destaca que también han intervenido marihuana dado que los grupos criminales aprovechan estas plantaciones para financiar la adquisición y traslado de estas lanchas ilegales.
«La entrada de droga siempre ha sido continua, pero está variando la metodología para introducirla, con un cambio del modus operandi»por parte de las organizaciones asentadas en la zona del delta de l'Ebre, indica el capitán. De hecho, explica que antes se introducía la droga por mar desde Marruecos hasta la costa andaluza y, después, esta se distribuía por carretera. Desde hace unos años, las embarcaciones llegan de forma directa hasta la costa catalana, subraya al policía.
«Esfuerzos efectivos»
Según Muñoz, los perfiles de los grupos criminales son diversos. A modo de ejemplo, detalla que en el dispositivo Maius se desarticuló una organización de ámbito nacional que hacía más de 30 años que estaba asentada en la zona del delta de l'Ebre. La banda se dedicaba a introducir embarcaciones de otras organizaciones y les proporcionaba servicios de logística, como una grúa para introducir las narcolanchas, gasolina o alimentos, entre otros. En cambio, en la operación Drift, el líder operaba desde Barcelona desde hacía años y parte de sus miembros estaban instalados en Girona desde donde trasladaban la droga hacia Europa.
El responsable de la Unidad Orgánica de la policía judicial tarraconense apunta que prevén decomisar una cifra de narcolanchas similar este año con respecto al pasado y considera que «el esfuerzo» hecho hasta ahora ha sido «efectivo». «No hemos erradicado la entrada, pero sí frenar o conseguir que se intervinieran múltiples objetos, drogas, y por lo tanto hemos causado un perjuicio patrimonial a las organizaciones criminales; esperamos que este 2023 no puedan asentarse en mayor medida», sostiene.
Falta de espacio para almacenar
Aparte, el policía afirma que una de las problemáticas que tienen cuando intervienen estas barcas ilegales es la falta de espacio para almacenarlas. «Cuando las decomisamos se trasladan a un lugar seguro, como en la demarcación de Tarragona no hay depósitos judiciales habilitadospara estos tipos de objetos los trasladamos a nuestras dependencias, donde están controladas las 24 horas», especifica Muñoz. Con todo, dice, es un problema «recurrente» en otros lugares del Estado y la solución es administrativa.
Con respecto al procedimiento que se sigue una vez son intervenidas las narcolanchas, detalla que se arranca un proceso judicial para reaprovechar aquellos elementos fabricados de forma legal, como son los motores u otros aparatos electrónicos. El material requisado se usa en otras unidades del cuerpo policial o se subasta después de obtener la autorización de los magistrados. En el caso de la estructura de la embarcación, construidas principalmente en Portugal y fuera del circuito legal, se solicita la destrucción por el hecho de que no cumplen las normativas de seguridad.