Cierra en Tarragona el icónico taller de reparación de zapatos Kis Rioné por jubilación

En la vida, uno tiene que aprender a tomar decisiones con la cabeza y no con el corazón. Xavier Rioné baja hoy las persianas de su taller de reparación de zapatos, el emblemático Kis Rioné, después de dedicar más de 42 años a lo que, para él, es su «pasión». Junto con su mujer Avelina Mata, que ha sido «compañera de trabajo y de vida», Rioné ha decidido jubilarse, consciente de que los años pasan y que ha llegado el momento de dar un descanso a su cuerpo. Hoy será el último día que Kis Rioné atenderá a sus fieles clientes, ya que a partir de las ocho de la noche, la calle Sevilla perderá uno de los locales más apreciados y bien valorados de Tarragona. La historia del Kis Rioné empezó en 1980, cuando Xavier Rioné aceptó la propuesta de su primo Lluís Teruel, el de la mítica tarraconense Xurreria Teruel, de montar un taller de calzado en un local situado en la calle Jaume I.

Juntos, tuvieron que hacer un gran desembolso para comprar su primera máquina de reparación de la marca francesa Kis, que dio nombre al negocio. «En aquellos tiempos hubo unboom en este sector y creímos que era una buena oportunidad», comenta Rioné, quién explica que había unos 16 talleres en la ciudad. «Ahora, sólo quedan tres», lamenta.

Aunque en los letreros del local se puede leer «reparación de calzado», Rioné también se ha encargado de arreglar otras piezas, ya sea ropa o bolsos. Una de sus especialidades, reparar cremalleras. «No sabe decir que no, es por eso que la gente leaprecia tanto», asegura Mata sobre su marido. Y es que donde los clientes veían un problema, el propietario de Kis Rioné veía una oportunidad para «hacer un trabajo de calidad». Además, Rioné siempre ha estado muy vinculado a la ciudad, ya que fundó la sección de fútbol sala del Nàstic y ha sido el encargado de hacer y reparar el característico calzado que llevan los soldados romanos que salen enla procesión de Semana Santa.

La tristeza de los clientes es compartida con los dos propietarios del local, que esperan que en un futuro alguien llegue a alquilarlo y vuelva a abrir sus puertas. Quien sabe si lo podrá hacer otra vez como taller o con una cara totalmente renovada. Ayer, como ha sido habitual cada tarde en el Kis Rioné, era unconstante ir y venir de gente. «Hace seis años que vengo, cuesta encontrar tiendas como esta», expresaba Andreu Canuto, uno de los miles de clientes que se han convertido en habituales.

Rioné y Mata compraron el local actual, situado en la calle Sevilla, en el año 1991. Cuando entras, es inevitable viajar al pasado, donde la artesanía reinaba en los negocios de la ciudad. Un espacio pequeño, pero acogedor, donde se puede ver, de primera mano cómo Rioné hace sus trabajos, como quien observa un escultor culminandosu obra. Es un claro ejemplo del comercio de proximidad, de lo que hace ciudad y que los propietarios del local reivindican que es necesario defender a capa y espada.

Aunque el corazón pedía a Rioné que siguiera haciendo lo que más le gusta, la cabeza se ha acabado imponiendo y ha decidido no forzar su cuerpo. Acompañado de su querida mujer, empiezan un nuevo capítulo después del feliz viaje que han vivido en Kis Kioné. «Queremos dedicar tiempo a nuestras dos hijas y tres nietos, que viven en Girona», aseguran.