Patrimonio
El Ayuntamiento de Tarragona licita la adecuación a parque público del Fortí de Sant Jordi
El edificio se dignificará y estrenará vegetación, bancos y pérgolas para generar sombra
El Ayuntamiento de Tarragona busca empresa para adecuar el Fortí de Sant Jordi y abrirlo a la ciudadanía. Ayer sacó a concurso público las obras, que cuentan con un presupuesto base de 219.456,41 euros (IVA incluido). La intervención tiene la finalidad de convertirlo en un espacio de estancia y paseo que pueda servir como mirador de la ciudad y de la costa. Entre otras actuaciones, se instalarán tres pérgolas de estructura metálica para generar sombra y se incorporarán tres bancos largos.
La adjudicataria tendrá un plazo de dos meses y medio para hacer los trabajos pertinentes, que pretenden darle uso y poner en valor el edificio. El proyecto prevé la reforma del pavimento exterior de la acera y de la rampa de acceso, así como la colocación de un parterre con especies litorales al lado mar de la misma rampa y la mejora de la vegetación herbácea de dentro. En este sentido, se hará una limpieza selectiva de la vegetación para sacar las especies invasoras y alergenas.
Las acciones realizadas en el interior servirán para dar seguridad, con barandillas y pasamanos, en el camino de ronda y en el mirador desde el patio de armas. Además, para facilitar la relación entre el paso de ronda y el espacio de terrado, se prevé ubicar una pequeña escalera. Las obras de adecuación proporcionarán las condiciones de seguridad necesarias para hacer el edificio accesible.
La propuesta contempla la instalación de alumbrado de tipo LED asociado a los elementos de mobiliario urbano y se desmontarán las cuatro columnas existentes en las esquinas del patio. Precisamente, el amplio patio ofrece la posibilidad de «realización de actos culturales, como un equipamiento más de la ciudad», figura en el proyecto técnico. Además, se instalarán cuatro aparcamientos de bicicletas en la entrada.
De esta manera, el Fortí de Sant Jordi, ubicado en el paseo marítimo de Rafael Casanova, funcionará como parque público con régimen horario y tendrá un uso cultural, mediante la difusión del conocimiento de las fortificaciones defensivas históricas de la ciudad. La intervención perseguirá la integración paisajística de los elementos incorporados con el fin de evitar la sobrecarga estética. Al mismo tiempo, se quieren preservar los valores del fortín.
El monumento se construyó en el siglo XVIII y fue restaurado por última vez hace unos treinta años. Su importancia patrimonial lo hace disfrutar de varias protecciones, como ser un edificio catalogado como Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN).