Infraestructuras
«Queremos que el Port de Tarragona sea un cohesionador territorial»
El presidente del Port, Saül Garreta, considera que la institución tendría que defender los intereses del Camp de Tarragona
El presidente del Port de Tarragona, Saül Garreta, analizó ayer, en una conferencia en la Cambra de Comerç de Reus, los retos de futuro que tiene que afrontar la infraestructura marítima. «Queremos que sea un puerto eficiente, sostenible, innovador», enumeró.
La mirada, sin embargo, no estaba puesta exclusivamente en las tenazas de la capital de la provincia. También tiene que ser un «cohesionador social y territorial» y tiene que ejercer su liderazgo en la porción que le corresponde como «entidad metropolitana», remachó Garreta. «El Port de Tarragona tendría que ser el Port del Camp de Tarragona», señaló.
El presidente de la Autoridad Portuaria afirmó que la «segunda área metropolitana más grande de Cataluña» tiene unas «potencialidades y capacidades de crecimiento muy elevadas». Para alcanzar la madurez, será necesaria la «cooperación institucional» y lo ejemplarizó poniendo de manifiesto que defendió en Madrid la petición que las mercancías transcurran por el interior, a pesar de no ser uno de los principales problemas de la organización.
«Tenemos que actuar como lobby del territorio», expresó. En esta línea, recogió el encargo del presidente de la Cambra, Jordi Just, de exigir al Gobierno estatal que efectúe el estudio sobre la posibilidad de desdoblar la carretera N-420 entre Reus y Alcañiz. Durante la comparecencia, Garreta incidió en el hecho de que el Port, y las empresas en general, observa en el horizonte una tormenta que amenaza con sacudir los fuselajes con violencia: la emergencia climática.
«Las empresas, o saben leer este futuro que nos viene o acabarán sufriendo las consecuencias del modelo antiguo, sea con los costes energéticos o con impuestos por la emisión de CO2 », aseveró, antes de añadir que «sólo aquellas organizaciones que apuesten hoy por la descarbonización serán competitivas en el día de mañana». En este contexto, aseguró que quiere que el Port sea un «ejemplo».
Adoptando la descarbonización como «un compromiso y una obligación», la infraestructura ha creado un grupo de transición energética, con la voluntad que se acabe convirtiendo en un departamento propio, y ya está instalando placas fotovoltaicas en los edificios que ostenta. «Había un horizonte de ser autosostenibles. Ahora, el horizonte es crear más energía de la que gastamos», subrayó Garreta.
Tampoco pasó por alto hablar del conflicto de la estiba que, junto con el incremento de las exportaciones, provocó que a finales del 2022 se acumularan hasta 26 barcos esperando para descargar o cargar mercancías en el PORT. Reconoció que es ineludible que en el futuro vuelvan a surgir «picos» problemáticos, pero quiere aprovechar las oportunidades de la experiencia vivida.
Por eso, lanzó la idea de crear un ciclo formativo propio de estudios portuarios, con el objetivo de tener «unos oficios modernizados y preparados para cuando vengan estos picos». «Si tienen que venir, nos tenemos que preparar lo mejor posible», añadió. Con respecto a los cruceros, comentó que se ha formado una opinión «favorable» siempre que se apueste «por la descarbonización, la desestacionalización del turismo y el turismo de calidad».
Adicionalmente, Garreta aprovechó para repasar los proyectos que tiene entre manos la Autoridad Portuaria, entre los que destaca la edificación de la terminal Guadalajara-Marchamalo, la apuesta por establecer la Zona de Actividades Logísticas (ZAL), la constitución de una réplica virtual del Port o la construcción del contradique de Ponent y un muelle adosado.