Presidenta de la Sala Cuarta del Tribunal Supremo
Judicial
«La justicia es femenina y el futuro será de las mujeres»
Virolés expone que hay entre 5.500 y 6.000 asuntos pendientes de resolver en la Sala Cuarta del Tribunal Supremo
— En octubre del año pasado fue nombrada presidenta de la Sala Cuarta del Tribunal Supremo. ¿Cómo han ido estos primeros meses en el cargo?
— He entrado en un momento complicado, porque la sala está formada por 13 magistrados y ahora sólo somos 8. Eso significa que hay 5 vacantes, que no pueden cubrirse porque no está constituido el Consejo General del Poder Judicial, que los tiene que nombrar. Nos entran más asuntos de los que salen y se nos acumulan.
— ¿Cuántos asuntos pendientes hay actualmente?
— Unos 5.500 o 6.000 recursos. Si cerráramos la puerta y no entrara ningún asunto más, estaríamos dos años y medio trabajando. Eso quiere decir que hay colapso.
— El covid también ha afectado.
— Cada quince días había un real decreto ajustado. El covid ha tenido una normativa y unos asuntos propios. Con los ERTO ha habido muchos pleitos y hemos tenido que resolver cuestiones que no estaban antes. Eso ha intensificado el colapso.
— ¿Cuándo se podrá solucionar esta situación?
— Esperamos que cuanto antes mejor, pero no parece que se vayan a cubrir todas las vacantes que hay antes de la próxima legislatura. Algunos dicen que quizás se soluciona en el mes de junio, pero lo dudo.
— ¿Se ha tomado alguna medida?
— Se han pedido refuerzos y parece que el Ministerio de Justicia los autorizará, pero es una medida coyuntural porque lo que interesa es el nombramiento de los titulares, no los refuerzos provisionales. La actividad continúa igual, aunque no podemos constituir salas de cinco. Trabajamos en salas de cuatro, autorizados por la Sala de Gobierno. Funcionamos los ocho magistrados, pero no podemos hacer lo mismo que si fuéramos trece.
— ¿Cuáles son las competencias de la Sala Cuarta?
— Todo lo que es relativo al Derecho del Trabajo y la Seguridad Social. En la Sala Cuarta, lo que se ve prioritariamente son los recursos de casación para la unificación de doctrina, que ocupa como un 90% de la totalidad del trabajo de la sala, y los recursos de casación ordinarios.
— Es la segunda mujer que llega a la presidencia de la Sala Cuarta. ¿Cree que todavía existe un techo de cristal que dificulta la llegada de las mujeres a las altas esferas?
— Sí que existe, es un tema cultural. No existirá cuando ya no hablemos. La totalidad de magistrados dentro de la carrera judicial son 5.600 y, de estos, 3.000 son mujeres. Significa que un 56%, más o menos, son mujeres. La justicia es femenina y el futuro será de la mujer, eso está claro. Pero hoy por hoy, es cierto que haber accedido a la carrera judicial con posterioridad ha provocado que a la mujer le haya costado más llegar a tener una antigüedad considerable. Los juzgados sociales, salas de tribunales superiores y audiencias sí que se cubren con mujeres, pero en los puestos de libre designación somos pocas. Por ejemplo, en el Tribunal Supremo hay unas 20 mujeres entre los 80 magistrados que lo conforman. Es un porcentaje muy bajo.
— La semana pasada hizo una ponencia durante las Jornadas del Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social.
— Hice la primera ponencia, sobre los despidos atípicos, de facto, y en incapacidad temporal. Es una novedad de la Ley 15/2022. Había expectación por esta ponencia porque también se habló de la indemnización rescabaladora y adecuada que se establece en el convenio 158 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y también en la Carta Social Europea, en el artículo 24. Estaban un poco en desuso, pero ahora se está insistiendo en la aplicación de estas normas.
— ¿Cómo valora las Jornadas?
— Han ido de maravilla. Las materias que se han tocado eran temas de actualidad muy interesantes. Además, la edición de este año coincidía con el 50 aniversario de la constitución del Colegio de Graduados Sociales de Tarragona. Asistieron unas 200 personas.
— Uno de los temas que se trató fue la reforma de las pensiones de la Seguridad Social.
— Durante la ponencia que trataba este tema, el Consejo de Ministros lo estaba aprobando. Es una reforma pensada a muy largo plazo, es una proyección para el 2050. Hasta que llegue aquel año se tendrá que alterar y modificar, lo veremos con el paso del tiempo.