Inician los trabajos arqueológicos para conocer la evolución de la Catedral de Tarragona

El Instituto Catalán de Arqueología Clásica (ICAC) y el Museo Diocesà de Tarragona han empezado los trabajos de excavación en la Catedral de Tarragona para conocer la evolución de este conjunto monumental a lo largo de los últimos veinte siglos de historia. La actuación, que se enmarca en Proyectos Cuatrienales de la Generalitat, arrancó a mediados de marzo y se alargará al menos un mes más.

La intervención arqueológica se están haciendo en la sala de la exedra romana del claustro de la basílica y es la continuación de los trabajos hechos en 2013 y 2014. A partir de los estudios arqueológicos, se obtendrá una secuencia diacrónica que explicará la transformación del sector nordoccidental del templo desde época romana hasta la actualidad.

La sala exedra del claustro, que actualmente pertenece al Museo Diocesà de Tarragona, fue parte de las dependencias de la comunidad de canónigos en época medieval y en el periodo romano constituía la parte posterior de los pórticos del recinto de culto imperial. En el interior de la estancia, también se encuentra la estructura externa de la capilla renacentista de santa Maria Magdalena.

La intervención arqueológica repasa la secuencia estratigráfica del sector que va desde época contemporánea hasta los niveles constructivos del muro perimetral de la plaza del recinto sacro romano. Además, la actuación tiene planteada el registro y análisis de los diferentes elementos arquitectónicos que se encuentran en este sector.

Los trabajos son la continuación de las actuaciones hechas hace diez años y asentarán las bases de la planta baja del futuro Museo Diocesà de Tarragona, que dispondrá de una ruta museográfica en el subsuelo del equipamiento, que explicará la evolución del sustrato romano e imperial. En concreto, el equipo del ICAC está excavando espacios en la antigua canónica agustiniana exterior en el muro romano, justo delante de la capilla de Santa Magdalena.

Así, el objetivo es obtener información arqueológica de la evolución histórica de este espacio entre los siglos XI y XVI. El conjunto arquitectónico tiene dos hectáreas de superficie que da sentido a la disposición urbanística de la Catedral de Tarragona y se puede convertir uno de los grandes atractivos museográficos del futuro en Museo Diocesà.

«El edificio en el que se están haciendo las excavaciones arqueológicas es el que tiene que cobijar el futuro Museo Diocesà, con una superficie de 4.000 metros cuadrados, que pondrá en valor tanto los objetos que representan nuestra cultura cristiana a lo largo de veinte siglos de historia, como su continente; ya que nos dispensa unas estructuras monumentales extraordinarias que van desde época romana hasta el siglo XX», ha detallado el director del museo, Andreu Muñoz.

Los trabajos pretenden que las estructuras arquitectónicas del conjunto de la catedral se conviertan «en un auténtico centro de interpretación» de la evolución diacrónica de la acrópolis de Tarragona. Eso, apuntan desde el Arzobispado, convertirá este equipamiento en uno de los museos de arte sacro más importantes de la península Ibérica. El equipo espera poder definir un proyecto museográfico, que incluya las líneas de trabajo y acciones específicas, a finales de año.

Primeras evidencias

Con respecto a las primeras evidencias encontradas en las excavaciones, Muñoz ha mostrado las «grandes ventanas cuadradas» que se abrían regularmente a lo largo de todo el perímetro y un muro, que con «casi total seguridad fecha de origen medieval», según el director. Este muro se encuentra ubicado junto a la parte exterior de la capilla de Santa Magdalena.

También se han encontrado evidencias de varios elementos decorativos -grandes molduras situadas en la parte superior y que se reaprovecharon e integraron en las construcciones modernas- y una moldura de mármol con la que formaría parte del recinto de culto imperial.