Tàrraco, como nunca nos lo habían explicado

¡Ave! Soy la Vita, ciudadana del siglo IV d.C. de Tàrraco, una de las muchas ciudades del Imperio romano. Con estas palabras arranca el libro La nena d'ivori. Un passeig per Tàrraco (Insitu Comunicació) que se presentó el martes por la noche en Tarragona.

La obra es una recopilación de historias escritas por MontserRat Cebrián Sabat y Toni Solé Bru, e ilustradas por Armand. La protagonista es la Vita, una niña que en la primera historia recibe un regalo que conservará como tesoro: una muñeca de marfil, en referencia a la joya arqueológica que se encontró en 1927 en el interior del sarcófago de una niña en la Necrópolis Paleocristiana.

Niña y muñeca recorrerán la ciudad de Tàrraco y la contemplarán con ojos de niño, fijándose en los detalles y haciéndose muchas preguntas. Así es como Vita se convertirá en una guía de la ciudad romana y de espacios tan relevantes como el Teatro, el Anfiteatro, el Circo o la Necrópolis. Cada historia se presenta con una imagen del espacio protagonista. Además, incluye la ilustración de algún objeto que se conserva en los museos de la ciudad y un glosario con palabras que el lector se va encontrando en la narración, que tanto pueden ser referencias históricas (paedagogus es un esclavo cualificado que instruye) como vocabulario general (antorchas son bastones con fuego en un extremo).

La obra, que ha sido cocinada a fuego lento durante cerca de tres años, ofrece al lector una mirada precisa, rigurosa y muy amena sobre la antigua ciudad romana. «Es un trabajo formidable», aseguraba durante la presentación Andreu Muñoz. El director del Museo Bíblico Tarraconense aseguraba que el volumen se puede considerar «una obra de bibliófilo» por su calidad, en referencia tanto a los contenidos como a la edición, ya que las cien páginas de La nena d'ivorise presentan a color y encuadernadas en tapa dura.

Por su parte, los dos autores de los textos relataron el dulce sufrimiento que ha sido escribir este libro y su cuidado para conseguir que los contenidos fueran al mismo tiempo interesantes y rigurosos. Este afán queda bien dimensionado en el apartado de agradecimientos, donde la Rat y Toni desgranan uno a uno el nombre de todas las personas que les han ayudado a convertir al libro en un producto que seguro acabará siendo una obra de referencia en la ciudad. «Ha sido un trabajo muy interesante, pero también muy difícil», corroboraba Armand, quien ha dibujado los diversos escenarios de la Tarragona romana con su característico estilo que conjuga la riqueza de los personajes y sus expresiones con los colores con los que identificamos la ciudad.

Los autores manifestaron también su deseo de que este trabajo permita poner en valor el patrimonio cultural y arqueológico de la ciudad, y lo hicieron de manera que permita hacer red con los museos, las entidades y las instituciones.