Ricomà cierra un mandato «de cambio» en Tarragona con la mirada puesta en el futuro POUM

El alcalde de Tarragona, Pau Ricomà, afronta sus últimos días de mandato antes de las elecciones del 28 de mayo. Fue un 15 de junio del 2019 cuando fue investido como alcalde, dando fin al reinado socialista. Cuatro años después, acaba su camino al frente del Ayuntamiento y lo hace acompañado de unos socios –CUP y Junts per Tarragona- muy diferentes de los que tenía en un principio –En Comú Podem-.

Parece que Ricomà no se arrepiente de este cambio que se produjo al gobierno en junio de 2021, ya que reconoció que está «contentísimo» con los actuales consejeros, que han formado «un equipo cohesionado y respetuoso». Lo hizo ayer durante la presentación del balance de un mandato «de cambio», en el que mostró su satisfacción por el trabajo hecho e hizo gala de los proyectos «pendientes desde hace décadas» que se han desencallado.

Si bien Ricomà se centró en las actuaciones e inversiones llevadas a cabo durante los últimos cuatro años, también puso la mirada en el futuro. En este sentido, el alcalde subrayó la importancia que tendrá el Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM) de cara al futuro de Tarragona.

«Es el gran debate estratégico» de la ciudad, indicó el alcalde, quién remarcó que este documento decidirá hacia dónde va la ciudad. Se tendrá que decidir si se redacta con «una mentalidad precrisis del 2008 o una del siglo XXI». El alcalde afirmó que el gobierno actual ha trabajado para que el POUM vaya dirigido hacia dos conceptos que considera clave: «cohesión social y sostenibilidad».

Otro aspecto del POUM en el que hizo énfasis fue el proceso participativo. Ricomà afirmó que es necesario que los tarraconenses sean partícipes «de las decisiones importantes de la ciudad». También quiso destacar la importancia que le ha dado el Ayuntamiento a los presupuestos participativos, que han permitido ejecutar 17 proyectos financiados con medio millón de euros.

Esta legislatura no ha sido, especialmente un camino de rosas. El gobierno ha tenido que hacer frente a grandes imprevistos como la llegada del covid o la inflación. Preguntado sobre el momento más duro del mandato, Ricomà recordó la situación «crítica» de la explosión de IQOXE. El alcalde se mostró muy «orgulloso» de «haber desencallado deudas históricas con la ciudad» a pesar de estos obstáculos.

Por ejemplo, el proyecto del preventori de la Savinosa o la futura reapertura de la Necrópolis. Ricomà también destacó los 40 millones de euros que invertirá la Generalitat en la ciudad, que permitirá ampliar el Hospital Joan XXIII, redactar el proyecto de transformación de la antigua Ciutat de Repòs i Vacances en un albergue juvenil y el del Fòrum de la Justicia. También puso en valor los casi 16 millones de euros que se han conseguido de los fondos europeos Next Generation.

Dejando de lado estos grandes proyectos, Ricomà se centró en las diferentes actuaciones que se han llevado a cabo en la ciudad para mejorar el espacio público, cambios que realmente nota la gente de calle. Algunas ya realizadas, como la reforma de la calle Canyelles o la construcción de un parque infantil en la calle de Yxart y, de otros, que están proyectadas, como la remodelación de las calles de Orosi y de Josepa Massanés; todas, iniciativas para dar prioridad al peatón. «Hemos pasado de una ciudad pensada para los coches, con unos criterios antiguos, en una ciudad pensada para los peatones», indicó Ricomà.

En este sentido, apuntaba también que se ha impulsado el despliegue de la red de carriles bici y se ha apostado por la creación de nuevos aparcamientos disuasivos. Estas políticas, sumadas a acciones como la adquisición de autobuses de hidrógeno, tienen que ayudar también a conseguir un futuro más sostenible en la ciudad.

Repaso de las consejerías

Ricomà no se olvidó de sus escuderos, cada una de las personas que han formado parte del equipo de gobierno y han sacado adelante las diferentes consejerías del Ayuntamiento. Fue especialmente agradecido con Hermán Pinedo, consejero de Patrimonio, de quien destacó su «compromiso con la ciudad» cuando decidió continuar en el gobierno.

«El patrimonio es el recurso más grande que tiene la ciudad», aseguró Ricomà, quien remarcó los trabajos de conservación que se han hecho de este durante el mandato. También tuvo buenas palabras para la consejera de Seguridad Ciudadana, Cristina Guzmán, la consejera de Servicios Sociales y Cultura, Inés Solé y la consejera de Medio Ambiente y Vivienda, Eva Miguel. Por otra parte, el alcalde celebró que, durante la legislatura, se han creado las consejerías de Nueva Ciudadanía, la de Feminismo y LGTBIQ+ y la de Memoria Democrática.

El alcalde no quiso finalizar el balance de mandato sin destacar la «mirada metropolitana» con la que hay que trabajar de cara al futuro, para reforzar el liderazgo territorial de Tarragona, con proyectos como la Plataforma Hidrgen Verd-Catalunya Sud o el Tramcamp, que, según Ricomà, «pondrá Ponent en el centro del Camp de Tarragona».