Enseñanza
La prueba del C2 de catalán, con el 72% de aptos en el 2022, registra 316 inscritos en Tarragona
La obligación de los docentes de obtener el certificado perpetúa la avalancha de la demanda y fuerza a duplicar el número de correctores
La alta demanda del 2022 para obtener el certificado del nivel superior C2 de catalán se ha mantenido en el 2023. El número de inscripciones en Tarragona este año ha sido de 316 personas, mientras que en Reus ha sido de 195, cifras todavía muy superiores a las 89 y 83 del 2021, respectivamente. El incremento de inscritos al examen, que lo aprueba en torno al 72% de los presentados, llegó después de que la Generalitat dictara que, a partir del 2024, los docentes tenían que tener el certificado para acceder a la función pública. Además, la avalancha de la demanda ha forzado a duplicar el número de examinadores y correctores.
La exigencia del nivel C2 por parte del departamento de Educación ha provocado que los docentes pasen a ser el grupo mayoritario en los cursos formativos y en las pruebas, que este año empezaron el pasado sábado, 22 de abril, con la parte escrita. Una de las entidades que imparte cursos del C2 es el Consorcio para la Normalización Lingüística (CNL), aunque su prioridad son los niveles básicos, ya que el objetivo principal es el aprendizaje. Sin embargo, han tenido que cuadruplicar su oferta para el C2 en Tarragona.
«Es importante que los docentes tengan el nivel superior. El problema es tener que homologarlo en pocos años. No podemos dar respuesta a toda la demanda, pero hemos llegado hasta donde hemos podido», explica la directora del CNL en Tarragona, Rosa Ibarz. La entidad ha visto crecer su volumen de trabajo administrativo al depositar más recursos en el C2, que requiere un alto nivel por parte de las personas encargadas de impartir las clases.
Ibarz apunta que antes de impulsar el C2 como requisito, los alumnos pertenecían a diferentes sectores profesionales, como enfermeros, periodistas o funcionarios. Desde el anuncio de la Generalitat, la mayoría son maestros y profesores. Y, pese a que este año y el pasado los docentes hayan tenido una presencia mayoritaria, también ha participado en las pruebas personal de administraciones públicas inmerso en procesos de estabilización, ya que el nivel C2 de catalán es un mérito que se tiene en cuenta.
La Escuela Oficial de Idiomas (EOI) también triplicó su oferta a principios del curso 2022-2023 para absorber la demanda del C2 de catalán. Antes, el centro organizaba un único grupo de, como máximo, 30 alumnos. No obstante, tuvo que programar tres grupos de 30 alumnos cada uno. «Todo el mundo está intentando adaptarse a esta situación», expone Ibarz.
Más correctores y examinadores
Por su parte, la secretaría de Política Lingüística tuvo que formar más examinadores y correctores. El número de examinadores, encargados de las pruebas orales, creció un 88,73% pasando de 142 a 268 en el 2022, mientras que en el 2023 se han formado correctores de las pruebas escritas. Este colectivo se ha duplicado pasando de 106 a 213 personas. «Este hecho nos permitirá avanzar la fecha de publicación de los resultados», afirma la subdirectora general de Política Lingüística, Elvira Riera.
El año pasado, se publicaron el 31 de octubre, mientras que este año se prevé que sea el 7 de septiembre. Riera pone de relieve que se hacen varias correcciones de la misma prueba, a cargo, también, de diferentes personas. El objetivo es asegurar la calidad y revisar con profundidad, sobre todo, «aquellos exámenes suspendidos con puntuaciones cercanas al aprobado», tal como manifiesta.
La subdirectora general de Política Lingüística cree que la elevada cifra de inscritos continuará unos años más y que dependerá de varios factores, como la demanda de docentes o la incorporación (o no) del nivel de C2 en la formación del profesorado. Además, Riera indica que, en los próximos años, se prevén muchas jubilaciones: «Entrará bastante personal nuevo y eso nos afectará. Vienen años de renovación».
De la misma manera que la directora del CNL en Tarragona, Riera considera imprescindible el dominio del catalán para los docentes. «Son los encargados de transmitir la lengua a los alumnos, así que es adecuado un alto nivel de exigencia», comenta. Y añade: «El maestro tiene un papel referente en la educación. Es importante su conocimiento del catalán a la hora de transmitirlo».
El año pasado, en Tarragona hubo 335 inscritos para el examen del C2 de catalán, aunque se acabaron presentando 246 (el 73,43%). En total, hubo 177 aptos, el equivalente a un 71,95%. Con respecto a Reus, hubo 216 inscritos y 161 presentados. El total de aptos fue superior al de Tarragona, ya que llegó al 83,85%. Es decir, un total de 135 personas obtuvo el certificado del nivel superior. Más allá del Camp de Tarragona, los otros puntos de Cataluña donde se hacen las pruebas son Barcelona, Girona, Granollers, Igualada, Lleida, Manresa, Mataró, Sabadell, Terrassa, Tortosa, Vic y Vilafranca del Penedès.