Los campesinos de Tarragona salen a la calle ante la falta de soluciones por la sequía

La Unió de Pagesos llevó a cabo ayer por la mañana una movilización en Tarragona para exigir una respuesta urgente al Gobierno español ante la grave situación que afronta el campesinado por el episodio de sequía, además de protestar contra la imposición del nuevo Cuaderno integrado de explotación (QIE) por parte del Gobierno estatal, que supone «un aumento de la burocracia». Delante de la subdelegación del Gobierno estatal en Tarragona, el sindicato exigió soluciones y medidas de cara a un verano que prevén «muy complicado a causa de la falta de agua».

El Gobierno de Cataluña dobló la semana pasada el número de municipios que se encuentran actualmente en una situación de excepcionalidad a causa de la sequía, entre los cuales hay 22 municipios de Tarragona. Con el estado de excepcionalidad, se reduce la dotación de riego agrícola un 40%, hecho que ha provocado que se limite el suministro en la cuenca del Segre, así como en la parte baja del Ebre, y que deja a los campesinos sin agua.

«La Confederación Hidrográfica del Ebre (CHE) nos avisó la semana pasada sobre el recorte de la dotación de agua de riego en las comunidades de regantes de la Esquerra y la Dreta del Ebre, cuando ya tenían todo el adobo preparado para sacar la cosecha adelante. Nos dijeron que dispondríamos de un 50% del agua que tendríamos en un año normal, y es mentira. La realidad es que sólo podremos tener un 35%, nos quedaremos sin agua», explicó Miquel Pinyol, responsable del sector vegetal de la Unió de Pagesos. «En la comarca del Tarragonès y el Baix Camp, no tenemos agua, necesitamos soluciones de emergencia y así lo hemos trasladado al Gobierno estatal muchas veces, pero todavía esperamos que saquen adelante medidas para solucionarlo», añadió.

Mejor gestión del agua

Desde el sindicato, se pide al Estado que se gestione la sequía «de una vez por todas». «Hace años que estamos con el mismo problema, y cada vez es más grave. El Estado hace tiempo que obvia este problema, y ya está bien, queremos que se nos escuche. Por eso una reivindicación en la calle es lo mejor que podemos hacer. Queremos visibilidad y todo el apoyo de la sociedad civil ante un problema que nos afecta a todos», comentó Carles Vicente, responsable de organización de la Unió de Pagesos.

Como posibles soluciones, desde el sindicato apuestan por hacer una reutilización del agua de la depuradora de Reus. «En Tarragona hay 4.000 hectáreas de campos que este verano se perderán si no se pueden regar. El pantano de Riudecanyes está a menos de un 10% de su capacidad, así que en vez de coger el agua de la depuradora de Reus y tirarla al pantano, podríamos hacer un estudio, y si es válida, utilizarla para nuestros campos», afirma Sergi Claramunt, responsable de Estructuras de la Unió de Pagesos.

En contra del nuevo cuaderno

La concentración del campesinado de ayer en la plaza Imperial Tàrraco, fue también en señal de protesta para la imposición del nuevo cuaderno integrado de explotación (QIE) por parte del Gobierno estatal, y que obligará a los campesinos a presentar cada 30 días una serie de documentos e informes donde se muestre el trabajo hecho en sus empresas. En caso de que eso no se lleve a cabo, los campesinos recibirán sanciones.

Esta nueva tarea administrativa, desde el sindicato la definen como «un aumento de burocracia de parte del Estado español» y que no tiene en cuenta la brecha digital que vive la agricultura. «El sector agrícola está envejecido. Los que vivimos en zonas rurales, muchos todavía tenemos problemas de cobertura, donde el 5G todavía no ha llegado. Eso, a la hora de hacer los trámites y enviar los documentos, nos supondrá un contratiempo», explicó Pinyol delante de la subdelegación del Gobierno español en Tarragona, dónde lanzaron ordenadores contra la fachada del edificio.

Más flexibilidad burocrática

Desde el sindicato plantean la opción de aplicar este cuaderno primero a las empresas grandes –más de 10 trabajadores y con una facturación superior a los 50 millones de euros–, mientras las pequeñas y particulares ganan tiempo para adaptarse a lo que se pide.

«Hay que reajustar la idea, algunos de nosotros ya vivimos con dificultades, y no queremos ninguna sanción que nos pueda perjudicar todavía más económicamente. Por eso, primero se tendría que exigir a las grandes empresas, que tienen más margen de maniobra, y después a nosotros. Así tendríamos el tiempo necesario para aprender cómo va el cuaderno y tener suficiente gente para llenarlo», concluyó Pinyol delante de los medios.

Aparte de la convocatoria en la plaza Imperial Tàrraco de Tarragona, la Unió de Pagesos organizó ayer por la mañana también movilizaciones de hasta 220 tractores y 600 personas por todo el territorio catalán, como en Lleida, en la sede de hacienda de Vic, y en Girona, delante de las subdelegaciones del Gobierno estatal.