«No creo que nadie se atreva a decir que Tarragona está en su mejor momento»

— ¿Con qué finalidad nace Sí Tarragona?

— Nace desde un grupo de personas muy honestas que tenemos un pensamiento en común: la ciudad tiene muchas carencias. Cuando eso sucede, hay dos opciones: mirar lo que pasa o pasar a la acción. Creemos en la necesidad de un cambio y que Tarragona se puede gestionar mucho mejor. Contamos con gente que quiere Tarragona, que mete la cabeza y no se deja llevar por sentimentalismos.

— ¿Cuál es el objetivo de cara al 28-M?

— Primero de todo, que se nos dé la oportunidad de participar para nosotros ya es un éxito, ya que podemos ser visibles y decir lo que pensamos. La sociedad clama un cambio, así que somos optimistas. Pensamos que conseguiremos un muy buen resultado.

— ¿Qué significado tiene el lema de vuestra campaña Despierta Tarragona?

— Es lo que toca. Hace muchos años que estamos dormidos, conformados con una mala gestión de la ciudad, donde reina el descontrol. Eso lo que ha provocado es que la gente no se sienta identificada, y no quieran participar ni dar su opinión. Es el momento de despertar, decir 'señor usted es muy importante, le queremos escuchar, se tiene que implicar en hacer una Tarragona mejor'. La sociedad lo necesita.

— ¿Tarragona está en decadencia?

— Lo considero porque es lo que veo. Faltan muchas cosas en todos los sectores, se puede mejorar mucho y eso es un punto a favor también, porque significa que tenemos mucho recorrido y muchas cosas que podemos aprovechar, pero también deja en evidencia el trabajo que se ha hecho desde el Ayuntamiento. No creo que nadie se atreva a decir que Tarragona está en su mejor momento y que es una capital de referencia.

— ¿En qué se basa el programa electoral del 28-M?

— Lo más importante es el urbanismo, ya que es una pata de donde cuelgan muchos otros ámbitos, como la movilidad y la seguridad. Los equipamientos y servicios públicos están completamente desatendidos y se les tiene que dar una nueva utilidad. No entiendo cómo la ciudadanía permite tener equipamientos públicos cerrados y en desuso. Los estamos pagando todos nosotros para que, al fin y al cabo, sólo ocupen un espacio y se vayan degradando con el paso del tiempo. El Banco De España, la Tabacalera, el aparcamiento Jaume I, por ejemplo, están dejados de la mano de Dios. Otro tema primordial en nuestro programa es la seguridad y el medio ambiente, en este último caso, no veo a ningún partido que tenga una idea clara sobre qué hacer con este tema, y cómo abordar la sostenibilidad climática y hacer una sociedad verde.

— ¿Qué propuestas hace en materia de política de vivienda?

— La vivienda turística tiene que estar regulada, controlada y asegurarnos que sea de calidad. No creo que sea incompatible con pisos de alquiler social. Lo que me preocupa de este tema son las pocas opciones que ofrecemos a la población, con pisos que no reúnen las condiciones adecuadas y con unos precios muy disparados. La ciudad está pensada para que vivan allí un cierto número de personas. Si eso no sucede, los impuestos suben, y la gente todavía puede hacer menos frente a los gastos, y se marcha a los pueblos de los alrededores donde el coste de vida es más bajo. Tenemos que revertir la situación y hacer que la gente vuelva.

— ¿Qué se necesita para aumentar la seguridad en las calles?

— La cuestión se tiene que abordar desde varias líneas. Está muy bien que se instalen cámaras de seguridad, pero no es suficiente. La seguridad requiere civismo. Si no se educa a la gente, es muy difícil que se puedan respetar los espacios comunes. Creo en una policía de proximidad, que esté en la calle, pero no sólo en coche, sino también a pie, cerca del ciudadano para que pueda preguntar y atender, generando más confianza y que la gente no tenga tanto miedo y desazón de salir a la calle.

— ¿En qué situación se encuentra el comercio local?

— Es uno de los motores fundamentales de Tarragona. Está sufriendo una crisis absolutamente solucionable si va acompañada del Ayuntamiento. La gerente de la Vía-T me comentó que hace años que no se sienten acompañados y están dejados de lado por el Ayuntamiento. Tenemos muchos espacios que se pueden aprovechar y asociaciones comerciales con ganas de hacer cosas. Tenemos que escuchar sus propuestas y trabajar juntos. Lo están pidiendo a gritos. Es cierto, que los Bonos Comercio son una buena iniciativa, pero no es innovadora. Hay que ir más allá, fijarnos en iniciativas que se hagan fuera para potenciar el comercio local. Vamos a mirar los espacios de los que disponemos, abrimos más establecimientos, organizamos más actos para fomentar la interacción entre cliente y los establecimientos, escuchamos a ver qué necesitan, porque, personalmente, pienso que no se cree demasiado en el comercio de Tarragona.

— ¿Cómo se recupera la capitalidad en Tarragona?

— Somos una capital puramente administrativa. Para que Tarragona evolucione, eso no nos ayuda. Tenemos que tratar de ser un referente a nivel turístico, cultural, económico, educativo, etc. Tenemos un potencial espectacular, y lo estamos desperdiciando. Ha llegado un punto que ni nos conocen, pero ni por nuestro patrimonio, y eso no se puede permitir, nos están pasando por delante. Para que Tarragona sea próspera se tiene que romper con la política de toda la vida, y dar paso y voz a las nuevas generaciones.