«Tenemos que conseguir que el desánimo se vea superado por la alegría y la voluntad de cambiar Tarragona»

— ¿Cuáles son los objetivos del partido de cara a las elecciones municipales del 28-M?

— Desde el punto de vista político, llegar a un consenso para sacar adelante el POUM y ejecutar correctamente los fondos Next Generation, sobre todo después de ver la situación en la que se encuentra el Banco de España y el edificio de la Tabacalera. En clave electoral, conseguir que el desánimo de la inteligencia sea superado por la alegría de la voluntad. Hay que sumar muchos esfuerzos para hacer que la ciudad gane vida y sea un buen lugar dónde vivir.

— ¿Qué quiere aportar En Comú Podem a Tarragona?

— Una mirada social. El urbanismo sin la mirada de las personas no tiene sentido, las tenemos que poner en el centro de todo, más allá de dibujos bonitos. Estamos en medio de una crisis climática y una sequía que nos pone en peligro. No se ha hecho ni un solo avance para la renaturalización de los espacios de la ciudad, no tenemos refugios climáticos donde las personas mayores puedan caminar y descansar del calor. Tenemos un espacio como el de la Anella Verda que necesita una figura jurídica que le dé protección. Tenemos que pensar las ciudades con una lógica de sostenibilidad.

— ¿Qué papel jugará el programa del resto de formaciones políticas a la hora de establecer pactos electorales?

— El programa será de suma importancia. Hay cosas innegociables para nosotros, como se tenga una mirada de protección social, un modelo educativo adecuado y que la idea del POUM sea similar a la nuestra. Al fin y al cabo, tenemos que tratar de entendernos todos juntos, ya que si bien el programa es de cuatro años, en este tiempo nos jugaremos la ciudad de los próximos 30.

— ¿En qué se basa vuestro programa electoral?

— Gira en torno a cinco grandes ejes. Desarrollar una ciudad sostenible con el medio ambiente, con respecto a materia de vivienda, ofrecer más pisos de vivienda social, un nuevo modelo de turismo orientado a los espacios culturales, acabar con la segregación escolar, y mejorar la seguridad en las calles y en las casas.

— ¿Sobre qué propuesta gira la política ecológica con el fin de convertir Tarragona en una ciudad más sostenible?

— Proponemos crear la anilla azul. Se basa en una reserva marítima con el fin en recuperar el fondo marino que nos rodea. Eso nos plantea tres retos: conectar nuestro mar con la corriente de posidonia que viene de Mallorca, construir un espacio de investigación para preservar la costa de una manera más efectiva, y contar con un espacio exclusivo para pescadores. Eso ayudaría a potenciar más la economía azul.

— Con respecto a la vivienda, ¿cuál es la hoja de ruta?

— Se tienen que construir pisos de alquiler social comprando edificios a la Sareb. Tenemos que pensar en una oferta pública de vivienda que rompa con los precios del mercado actual. Eso pasa por plantearnos la opción de si, con fundaciones como Hàbitat3, podemos conseguir que los colectivos más vulnerables puedan disponer de una vivienda digna.

— ¿Cuál es el modelo de turismo que necesita Tarragona?

— Tarragona no tiene que estar pensada como una destinación turística, sino como una ciudad que apetezca visitar por sus bienes culturales. En los últimos dos años ha crecido un 50% la oferta de pisos turísticos. Este ayuntamiento ha apostado por eso como solución a su incapacidad de encontrar financiación para poner hoteles. Hay que aplicar una moratoria. Tenemos que plantear un turismo que vaya orientado a una perspectiva cultural, y aprovechar mejor los espacios y recursos que tenemos.

— ¿Cómo se tiene que hacer frente a la segregación escolar?

—Tarragona es la tercera ciudad de Cataluña con más segregación escolar. Eso significa que las escuelas se mueven con colectivos vulnerables, y se tiene que romper esta dinámica. Aquí en Tarragona tenemos el ejemplo con la escuela Saavedra, donde un equipo de profesores y familias están intentando revertir la situación, pero necesitan mucho más apoyo del Ayuntamiento, que les tiene que acompañar con más recursos. Por otra parte, creemos necesario incentivar las actividades extraescolares en las escuelas. La fundación Bofill nos dice que llevar a nuestros niños a actividades extraescolares desde 1.º de primaria a 4rto de ESO, les supone como si hubieran hecho dos cursos académicos más. Por lo tanto, a base de becas o rebajando los precios, tenemos que conseguir que los niños hagan, ya que contribuye a la mejora en el ámbito educativo.

— ¿Qué se necesita para aumentar la seguridad en las calles de la ciudad?

— Tenemos que hablar sin llevar a cabo un control social. Cuando se instalan cámaras de seguridad en las calles, no se reduce la criminalidad, sólo sirve para disuadir. Hace falta una guardia urbana de proximidad con más personal. Hemos inaugurado unidades policiales como la equina (caballos) que no nos hacen falta. Falta muchos más policías en la calle, que están para ayudar a la gente. Las calles tienen que estar iluminadas, si necesitamos policía para que la gente salga segura, algo falla.