Sequía
La falta de agua de riego compromete la campaña de verano de los viveristas de Tarragona
El sector afirma que han podido salvar la primavera, pero avisan del retraso de pedidos durante la temporada de verano
Los viveristas de Tarragona están viviendo unos meses complicados. La falta de agua de riego en las instalaciones y cultivos de la provincia ha producido que, en algunos casos, la campaña de la primavera se haya podido sacar adelante por los pelos, y aseguran que si no llueve más de cara al verano, la situación «será insostenible», y tendrán que encontrar soluciones para seguir regando y hacer crecer sus plantas. En concreto, el producto más afectado por la sequía con respecto a ventas es la planta pequeña y de temporada que se comercializa en primavera, como los olivos, de las que ya se avisa de que en verano se retrasará la producción y los pedidos a causa de la falta de agua.
«La sequía y las restricciones del agua de riego nos están afectando bastante. Hemos podido salvar la primavera, pero si la situación de cara al verano no mejora, no sabemos cómo lo haremos, estamos asustados. Quizás tendremos que cerrar. Tenemos muchos olivos que necesitan agua, y si no podemos utilizar la del pantano de Riudecanyes, y la poca agua que nos queda, destinarla a los árboles, sufriremos muchos daños económicos», explica Josep Llaberia, gerente de Josgall Plant en Botarell.
A causa de la sequía, algunas plantas de secano reciben también un cultivo de regadío, y así, se asegura la producción. Aun así, la falta de agua que sufre actualmente la provincia de Tarragona –que ya tiene en 41 municipios en estado de excepcionalidad por la sequía–, ocasiona que las plantas crezcan más lentamente y el coste de mantenimiento y producción, aumente.
«Si no hay agua nos repercute en las reservas y pedidos de nuestros clientes, ya que como el coste de producción y mantenimiento es más alto, no podemos mantener el mismo ritmo de producción. Este verano hay muchas posibilidades de que eso pase. Hacía años que no veíamos una situación similar», expresa Gemma Íñigo, trabajadora de Baix Camp SL.
Necesidades de soluciones
Ante esta problemática, algunos viveros, como Josgall Plant, han optado por utilizar un sistema de agua en piqueta autocompensada, que se basa en una membrana que controla la salida del agua y permite mantener siempre el mismo caudal, de manera que siempre emana la misma cantidad, y permite ahorrar agua.
Otra de las soluciones para afrontar este problema, es disponer de pozos de agua subterránea, como es el caso de los viveros JM Vidal SL: «De momento tenemos agua. Tenemos dos pozos que nos han ayudado a sacar adelante la campaña de la primavera, pero si la climatología no mejora, el agua es un recurso finito, y tarde o temprano nos afectará también», apunta Montserrat Vidal, gerente de la empresa.
Otra opción que se están planteando varios viveristas tarraconenses es la de desalinizar el agua marina y convertirla en agua potable. El problema aquí recae en el hecho de que la desalinización habitualmente utiliza grandes cantidades de energía e infraestructuras especializadas caras, cosa que hace que el agua obtenida sea muy cara comparada con la proporcionada por ríos o el agua subterránea y eso a muchos viveros, no les sale a cuenta. «Es una opción que está sobre la mesa, pero nos aumentaría mucho los costes de producción y almacenaje. Tenemos dudas», detalla Josep Llaberia.
De hecho, desde la Asociación de Viveristas de Tarragona –que agrupa 33 viveros de toda la demarcación–, van más allá. «Hemos pasado de forma decente la primavera, pero si continuamos con esta línea de escasez de agua, podría quedar comprometida incluso la campaña del otoño. Eso, entre otras cosas, provocaría que los precios de los productos y alimentos subieran todavía más», revelan desde la entidad.