Memoria histórica
El abuelo Fructuoso podrá volver a casa
Lola Ordóñez ha localizado los restos de su abuelo represaliado, y quiere hacer público el nombre de otros tarraconenses que no han sido reclamados por sus familias
Fructuoso Llorens Tolesano, nacido en Fuente del Maestre (Badajoz) fue detenido en su pueblo durante la Guerra Civil. «Dejó a su mujer y a cuatro hijas, la mayor de doce años», explica Lola Ordóñez Llorens, nieta de Fructuoso. La familia no supo nada más hasta que, al cabo de unos años, la abuela recibió la Cartilla de viudedad, donde se le informaba de que su hombre había sido trasladado a la prisión de Orduña, en el País Vasco, y que había muerto allí.
Con el paso de los años, la familia se fue separando. La rama de Lola fue a Tarragona en los años setenta, y ahora ella vive en Salou. «Un día, me llamó mi prima Maria Jesús, que vive en Extremadura, y me llamó: Hemos encontrado al abuelo». La sorpresa y la emoción fueron mayúsculas. Lola, enseguida, se puso en contacto con la persona responsable del hallazgo, y así es como supo que en el año 2014, la Dirección de Derechos Humanos del Gobierno Vasco impulsó la exhumación de varios cuerpos procedentes del Campo de Prisioneros que funcionó durante la Guerra Civil en Orduña (Vizcaya), los cuales fueron enterrados en el cementerio municipal del pueblo.
Esta investigación fue realizada por la Sociedad de Ciencias Aranzadi. En un primer trabajo, se encontró una fosa con catorce individuos, que podrán ser identificados con una prueba genética, gracias al hecho de que se conservan los archivos con los nombres de todos los prisioneros que estuvieron cerrados en aquellas instalaciones.
«Nos pidieron una muestra de ADN y les enviamos la de mi tía Juana, hija de Fructuoso, que todavía está viva. Con 94 años, recibió la noticia sin poder contener la emoción. No podíamos parar de llorar», recuerda Lola. Ahora, una vez confirmada que uno de aquellos individuos es Fructuoso, la familia está pendiente de que les sean entregados los restos del abuelo. «La tía Juana ya ha dicho que quiere que lo entierren con ellas», detalla Lola.
En este punto, sin embargo, la salouense tiene un nuevo objetivo: hacer público el nombre del resto de tarraconenses que habían estado cerrados en Orduña y que, muy probablemente fueron enterrados en el mismo cementerio que el abuelo, a fin de que las familias que en su momento perdieron el rastro, como les pasó a ellos mismos, les puedan localizar.
Los nombres aparecen en un listado donde se detallan el nombre, la edad, el oficio, el estado civil y la fecha y causa de la muerte de los represaliados. Desde la Sociedad de Ciencias Aranzadi apuntan que es muy probable que, en la misma parcela, haya otros entierros, incluso en un segundo nivel, por debajo de los catorce cuerpos encontrados hasta ahora.