CUP Tarragona quiere que Cal Pobre sea un albergue municipal
El edificio es propiedad de la Sareb e INCASÒL está estudiando su compra
La Candidatura de Unidad Popular de Tarragona ha propuesto que Cal Pobre, que está situado en la Part Alta de Tarragona, sea un albergue municipal. El edificio, después de muchos años lleno de vida a través de la autogestión comunitaria, está en manos de la Sareb.
La alcaldable por la CUP, Eva Miguel, ha expuesto la necesidad de mantener la coordinación entre Servicios Sociales y Vivienda para hacer frente al sinhogarismo y a los desahucios. En el caso del sinhogarismo, la cupaire ha explicado que hace falta una estrategia para hacer frente, «con un censo periódico, fortalecer los equipos de calle, crear equipos sanitarios y nuevos pisos 'Housing First'». Con respecto a los desahucios, Miguel ha recordado que los pisos comprados por tanteo y retracto «ahora mismo están dando respuesta a situaciones de emergencia y a familias que, a pesar de la moratoria, están siendo desahuciadas» y que «desgraciadamente no son suficientes». Es en este sentido que la cupaire ha planteado hacer de Cal Pobre un albergue municipal «que pueda dar respuesta a estas situaciones de emergencia social y de exclusión residencial».
La cabeza de lista de la CUP ha explicado que INCASÒL «quiere sacar adelante la compra de edificios enteros propiedad de la Sareb y desde la consejería de Vivienda se les ha planteado la posibilidad de adquirir Cal Pobre».
A su vez, Joan Manel Burillo, número 4 de la lista de la CUP, ha explicado que en el contexto de triple crisis que vivimos, «lo que hace falta es la seguridad de vivir bien. pan, techo y trabajo para que absolutamente todo el mundo pueda desarrollar su proyecto vital y, por lo tanto, hay que garantizar que las consecuencias de la crisis no recaigan sobre las clases populares». Burillo ha expuesto que en materia de derechos sociales hace falta «dignificar y ampliar los recursos de los equipamientos y recursos humanos», abriendo oficinas de los derechos sociales.
Además, también ha propuesto « caminar hacia la municipalización de los servicios» e impulsar una estrategia comunicativa «que permita que el conjunto de la población tarraconense conozca perfectamente los recursos municipales contra la exclusión residencial y la pobreza energética, potenciando el Observatorio Sociales de inclusión y acción comunitaria de Tarragona».
Finalmente, Burillo ha puesto sobre la mesa de hacer de Tarragona una ciudad «feminista, libre de GSDfobia y antirracista». En este sentido, ha explicado que hace falta trabajar estos aspectos de manera transversal y desde la educación y apostar por crear una Oficina Contra el Racismo y la Discriminación.