Seguridad
Los vecinos piden un segundo reductor de velocidad en la calle de Misericòrdia de Tarragona
Quieren que se coloque justo antes de llegar al cruce con la calle Sant Miquel, porque se trata de un punto donde se producen bastantes accidentes
«Hay gente que conduce muy rápido bajando por la calle de Misericòrdia y, aunque hay una señal de stop, no frenan cuando llegan al cruce con la calle Sant Miquel». El problema que describe Mari Carmen Puig, presidenta de la Asociación de Vecinos del barrio del Port, ha provocado que aquel cruce se haya convertido en un punto de concentración de accidentes. Con el fin de acabar con estos choques entre vehículos, o al menos reducirlos, el vecindario pide que se instale un reductor de velocidad en la calle de Misericòrdia, poco antes de llegar al cruce con el de Sant Miquel.
Sería el segundo reductor que se colocaría en esta vía, ya que, hace unos años, se instaló uno a la altura de la calle de Smith. «Fue muy efectivo», indica Puig, quien asegura que «los accidentes en aquel cruce se redujeron bastante y casi ya no se producen». Tanto en esta, como en la de la calle de Sant Miquel, es el vehículo que circula por la calle de Misericòrdia los que tienen que respetar la señal de stop y detenerse antes de atravesarlo. «También es cierto que hace falta que la gente sea más responsable, ya que algunos no respetan la velocidad máxima marcada», reconoce Puig, quien hace un llamamiento a la ciudadanía para que «vele por la seguridad vial».
La presidenta de la AV del barrio del Port cree que la instalación de un reductor de velocidad podría ayudar a reducir el número de accidentes. Desde la asociación apuntan que quien provoca el choque suele ser una persona que no es del barrio, ya que los vecinos, conscientes del peligro que comporta aquel punto, circulan con mucha más cautela para ahorrarse sustos. Por otra parte, Puig denuncia la «poca visibilidad» que tienen los coches que van por la calle dels Rebolledo, cuando llegan a la calle de Sant Miquel. «Justo en la esquina hay unos contenedores que no permiten ver bien», explica la presidenta de la agrupación vecinal, quien añade que, eso, obliga a los conductores a «sacar el morro del coche más de lo que lo tendrían que hacer, que es peligroso».
Durante las últimas semanas, el Ayuntamiento ha instalado 12 reductores de velocidad en diferentes puntos de toda la ciudad. Tanto en la calle de Smith, a la altura del parque dels Infants, como en la calle Real, junto a la plaza dels Carros, se han instalado cojines berlineses para obligar a los vehículos a reducir la velocidad. «Es una noticia positiva y también lo sería que pusieran un segundo reductor en la calle de Misericòrdia», apunta Puig.