Tarragona reflexiona para escoger bando

Pedro Sánchez y Salvador Illa (PSC), Pere Aragonès y Carme Forcadell (ERC), Ione Belarra y Jéssica Albiach (ECP) y Jordi Turull, Josep Rull y Míriam Nogueras (JuntsxCat) han sido algunos de los diferentes invitados de gala que han pasado o pasarán esta semana por Tarragona para dar apoyo a los candidatos locales en la recta final de campaña. Hoy es el último día para rascar algún voto antes de la jornada de reflexión, que servirá a los partidos para pensar a qué bando escogen. PSC o ERC encabezan los dos grandes bloques , con Jordi Sendra (JuntsxCat) en la retaguardia esperando su oportunidad después de una campaña en la que no ha pasado por desapercibido.

Más allá de estudiar la creación de una nueva zona de ocio nocturno o hacer de la Tabacalera un hub tecnológico, Sendra ha reclamado la bandera de la catalanidad para defender el uso de la lengua en la ciudad, al mismo tiempo que negaba un acuerdo con el PSC. Pau Ricomà (ERC) perseguía hacía días al cabeza de lista postconvergente para saber si era verdad que le daría la alcaldía a Rubén Viñuales (PSC) a cambio de la presidencia de la Diputació. Después de mucha insistencia, Sendra lo acabó desmintiendo en el debate de ACN y, muy atrevido, lanzó una «primicia» entre carcajadas: «Si hace falta, Viñuales me hará alcalde».

Sendra ha acabado ocupando una posición central (justo lo que pretendía) en el escenario político de la ciudad, pero parece que no será suficiente para hacer el sorpasso a ERC y el PSC. Como mínimo, no podrá contar con el voto de su excompañero de gobierno y exalcalde Joan Miquel Nadal, quien visibilizó sin ningún inconveniente su apoyo a Sí Tarragona, el partido municipalista vinculado al PDeCAT. Sin embargo, el candidato de JuntsxCat dijo públicamente que Nadal se equivoca. «Sí Tarragona no tiene ninguna posibilidad de entrar en el Ayuntamiento», ha reiterado durante toda la campaña.

Sendra, de manera poco decorosa y sin argumentos, ha trasladado en varias ocasiones la falta de confianza en el éxito de Sí Tarragona. Sus ataques a la candidatura han abierto una herida incurable entre su formación y la lista encabezada por Mar Giné. Incluso, la alcaldable de la CUP, Eva Miguel, salió a defender a Giné públicamente alegando «una actitud machista y vejatoria de Sendra». En plena campaña electoral, las balas llegan por todas partes.

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, a diferencia de Nadal, sí que envió un vídeo dando apoyo a Sendra. Puigdemont es uno más de las personalidades políticas de primera línea que han intentado dar un empujón a los candidatos. Muchos partidos han recibido en la ciudad a sus peces gordos, no sólo para dar apoyo e intentar disimular su poco conocimiento sobre la realidad tarraconense, sino también para hacer política nacional e intentar recoger votos para las próximas elecciones generales. Tarragona ha sacado estos días la alfombra roja para el desfile de políticos.

La seguridad, el urbanismo y la limpieza han sido los temas centrales de la campaña, pero el cúmulo de propuestas ha llegado a todas las áreas. La recuperación de edificios emblemáticos también ha sido uno de los asuntos primordiales, como la Tabacalera y el Banco de España. O el albergue juvenil proyectado en la Ciutat de Repòs i Vacances, que fue uno de los puntos de confrontación entre el PSC y ERC al debate coorganizado por Diari Més y TAC12. Durante la campaña, un buen puñado de debates ha servido para reunir a los dos gallos en el mismo gallinero. Viñuales se ha mostrado confiado, seguro de sus palabras, remando todo el rato en la misma dirección sin que las corrientes puedan hacerle volcar la barca, mientras que Ricomà ha dejado en casa la máscara de alcalde sonriente e inofensivo y ha cogido el armamento pesado. El candidato republicano, con datos y hechos en la mano, ha intentado poner en evidencia a sus adversarios cuando le surgía la oportunidad. Cuando todo el mundo discutía por el modelo ideal de transporte público, Ricomà lanzó una de sus granadas: «¿Saben al menos cuántos autobuses hay en Tarragona?». Silencio. Ricomà y Viñuales han demostrado que serán las urnas las encargadas de desempatar la partida.

Un pleno muy heterogenio

Sean cuáles sean los resultados del domingo, todo apunta que durante los próximos cuatro años el Consejo Plenario volverá a estar muy atomizado. La variedad de opciones políticas se volverá a reflejar en el Ayuntamiento y, probablemente, generará dificultades al gobierno en algunos momentos. Y podría irrumpir Vox, una formación con la que muchos partidos quieren poner un «muro» en medio para impedir el avance del extremaderecha. Este no es el único punto de convergencia entre las candidaturas tarraconenses, que, en muchos aspectos, coinciden en el fondo, pero no en la forma.

Encontrar soluciones para que baje el precio de la vivienda, regular los pisos turísticos, recuperar y potenciar el Patrimonio Histórico o velar por la seguridad y el control de la industria petroquímica son algunos de los objetivos que persiguen los candidatos. Sin embargo, el problema no es el «qué», sino el «cómo». El próximo mandato será el momento de comprobar si este «cómo» planteado es posible y permitirá cumplir las promesas. «Cuando llegan elecciones, todos los problemas que puede tener una ciudad parece que quedarán resueltos. Yo no me lo creo», decía hace unos meses el consejero Dídac Nadal, quién observa el espectáculo final desde el sofá de casa.

Después de una campaña que no ha despertado gran interés, las urnas recogerán el domingo la voluntad de la población. Y el lunes los candidatos podrán poner sobre la mesa las fichas obtenidas gracias a la confianza depositada por la gente. Porque ante una cita electoral hay que recordar, siempre, que lo más importante que está en juego no es el futuro de los partidos, sino el futuro de Tarragona. Alea iacta est.