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Ninguna sanción por incumplir los límites de temperatura en el comercio tarraconense

Empresa y Trabajo lleva a cabo una fase de información desde que el ejecutivo español aprobó las medidas en agosto del 2022

Jordi Gombau a la seva botiga d'articles de pell i viatges del carrer Canyelles.

Ninguna sanción por incumplir los límites de temperatura en el comercio tarraconenseGerard Martí

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El departamento de Empresa y Trabajo no ha interpuesto ninguna sanción a los comercios que no han respetado las medidas del plan de eficiencia y ahorro energético, impulsado por el gobierno español. Las administraciones autonómicas son las encargadas de velar por el cumplimiento de las medidas, que entraron en vigor en agosto del 2022. Desde entonces, la Generalitat está haciendo una fase de información y sensibilización para que los establecimientos cumplan la normativa, que incluye la limitación de la temperatura a un máximo de 19 grados en invierno y a un mínimo de 27 grados en verano.

La vigencia del paquete de medidas, tal como se definió el pasado agosto, será hasta el 1 de noviembre del 2023, aunque se podría prorrogar. Empresa y Trabajo explica que, hasta ahora, cuando alguien no cumple el decreto, se le informa, aunque la intención es empezar a interponer multas pronto. «Desconozco que se haya hecho ninguna inspección al respecto. Ninguno de nuestros asociados nos ha avisado de que haya recibido ninguna sanción», señala Judith Sentís, dinamizadora de La Vía T, la asociación de comerciantes de Tarragona.

En el momento de la entrada en vigor de la normativa, la ministra por la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ya apuntaba que había que dar «margen» a los propietarios para favorecer al cumplimiento de las medidas, sin especificar plazos. Diez meses después, los comerciantes de Tarragona se preparan para lindar otro verano con las temperaturas limitadas. Pep Carnicé, trabajador de la Carnicería Meritxell del Mercat Central, expone que ahora se empieza a notar el tope energético.

«La plaza Corsini es de cemento y es un espacio de mucho calor en verano. Entonces, cuando entras al Mercat, notas que baja un poco la temperatura, sin embargo, cuando llevas un rato, vuelves a tener calor, y más si estás en movimiento», expresa. Sin embargo, apunta que «la ventaja» del edificio es que, por su tamaño y altura, cuesta más que se caliente.

La temperatura es uno de los aspectos más relevantes en el Mercat Central, donde muchos productos necesitan una adecuada refrigeración. También es un factor importante para las tiendas de moda y textil, tal como comenta Dayana Fernández, de Nina, un comercio de venta de ropa infantil: «Si no ponemos el aire, los clientes tienen bochorno, no están cómodos y, probablemente, no tienen tantas ganas de probar ropa a los niños». Fernández cree que, de rebote, este hecho podría favorecer la venta on-line. «Si la gente no puede probarse conjuntos, quizás ya no acude tanto a las tiendas físicas», indica.

La mayoría de los negocios afirman que la limitación de la temperatura afecta más en verano que en invierno, tal como explica el propietario de Gombau y presidente de la asociación de comerciantes de la calle Canyelles, Jordi Gombau. «El tema de la temperatura a mí no me afecta porque en la tienda se está bien. Respecto a los límites y a los otros negocios, por lo que sé, también lo hacen», relata.

Gombau es un establecimiento dedicado a artículos de piel y viajes, hecho que no genera dificultades a la hora de aplicar las medidas dictadas por el gobierno central. Sin embargo, de la misma manera que defendía Fernández, Gombau pone de relieve los inconvenientes que suponen para las tiendas de ropa: «Conozco personas que trabajan y me explican que es una molestia porque la gente está sudada y no tiene ganas de probarse ropa».

Puertas automáticas

Una de las medidas más controvertidas incluidas en el plan de eficiencia era la disposición de un sistema de cierre automático de las puertas. «La gente que decide eso no pasa ni frío ni calor, los perjudicados somos los pequeños comercios, que no nos podemos permitir pagar 4.000 o 5.000 euros en una puerta automática», critica el gerente de Tecnoclaus Papagayo, Hèctor Grau. No obstante, la mayoría de comercios asociados a La Via T ya tienen, según Sentís. «A veces se perjudican a los negocios pequeños, pero hay comercios más grandes que consumen más energía», añade.

La dinamizadora de La Via T subraya que, además, pronto saldrá una subvención pública que ayudará a combatir el gasto para aquellos que se cambien las puertas de los locales. «Hasta ahora, que yo tenga constancia, nadie se ha cambiado las puertas», comenta, a su vez, Gombau. Fernández, de Nina, considera que «no es tan necesario» cambiar la puerta del local. Por su parte, Grau opina que el paquete de medidas es «totalmente inútil». «Cuando no tienen nada que hacer, sacan modos», piensa.

Pocos días antes del inicio de verano, los comerciantes de Tarragona afrontan otra vez la temporada de calor con limitaciones que casi todo el mundo cumple, según afirma Sentís. «Hay alguna queja, pero todos se adaptan», subraya. Entre las medidas aprobadas por el gobierno, también figura la obligación de apagar las luces de los escaparates antes de las 22 horas.

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