Política
Viñuales asegura que «las elecciones generales no condicionarán la gobernabilidad municipal»
El candidato del PSC, ganador en Tarragona el 28-M, insiste en que gobernará con minoría y excluirá a Vox de las empresas municipales
Las elecciones generales convocadas para el próximo 23 de julio no condicionarán la gobernabilidad y los posibles pactos en el Ayuntamiento de Tarragona. Así lo asegura el candidato socialista y ganador de las elecciones municipales, Rubén Viñuales, que mantiene su voluntad de gobernar en solitario y con minoría a partir de la investidura del sábado. En una entrevista con ACN, Viñuales destaca la «predisposición» del resto de partidos, «excepto la CUP», a facilitar el traspaso y confía poder llegar a acuerdos para desencallar los grandes temas de ciudad pendientes. Apunta, además, que ha llegado a un acuerdo «amplio» con otras formaciones para crear un cordón sanitario que aísle a los dos concejales de Vox, evitando su entrada en las empresas municipales.
La convocatoria de las elecciones generales justo el día siguiente de la victoria electoral en Tarragona, asegura, no trastocará sus planes de gobernar con minoría en el consistorio durante los próximos cuatro años. «Si hubiera sido necesario el apoyo externo de alguna formación podría influir», argumenta. Con nueve concejales, sin embargo, a cinco de la mayoría absoluta en un consistorio de 27, confía poder desplegar su programa, de momento.
«He encontrado una predisposición magnífica de todos los partidos, menos la CUP, para hacer el traspaso e intentar ayudar», apunta. Alaba, en este sentido, el todavía alcalde en funciones, Pau Ricomà, y también los portavoces de Junts y de los Comuns, Jordi Sendra y Jordi Collado. Dice ser «consciente» de que no dispone de mayoría absoluta pero confía en que la oposición comparte con ellos la «misma visión de mejorar la ciudad» y que, por esta razón, la convocatoria no afectará.
Desde su despacho del grupo municipal del PSC, Viñuales afronta la semana previa al pleno de investidura con la vista puesta también en el Parlament. Será su última semana como diputado socialista antes de que, con toda probabilidad, sea investido el sábado al mediodía como nuevo alcalde de Tarragona. El partido recupera la alcaldía que no pudo revalidar Josep Fèlix Ballesteros en 2019 y lo hace con un cabeza de lista que, entonces, encabezaba la candidatura de C's.
No cree, ahora, que la incorporación como nuevos cargos del gobierno municipal socialista de excompañeros de viaje de la formación naranja haya generado cierto malestar. Alaba sus capacidades y su integración en la nueva formación. «Por primera vez, hay más mujeres que hombres en el gobierno», responde.
La batalla de las «cosas pequeñas»
Externamente, Viñuales es optimista sobre el margen de maniobra que le acabará permitiendo la oposición. «Creo que tendré más batalla en cosas pequeñas que en las grandes», afirma. Espera que los grandes proyectos de ciudad puedan ser aprobados por la misma «lógica» de su importancia. «Serán buenos para la ciudad y encontraremos apoyos, también de ERC», insiste. En aspectos más ideológicos o las mociones es donde, avanza, puede encontrar un ambiente de más confrontación.
Persiste el ganador de las elecciones en Tarragona en su intención de trazar un cordón sanitario claro para aislar a los dos concejales que ha obtenido Vox. «A los que nos gusta la historia sabemos qué significa un tipo de ideología y cómo utiliza el propio sistema para acabar con el sistema. Me da mucho miedo», apunta. Con voluntad de «desenmascarar» a la formación de ultraderecha, ha planteado a varias formaciones del consistorio un acuerdo, «suficientemente amplio para que sea satisfactorio», para excluir a Vox de la representación de las empresas municipales. Rechaza concretar las fórmulas para garantizar «el éxito» de esta estrategia.
Si se confirman las previsiones, el próximo lunes Viñuales ejercerá ya como alcalde y, anuncia, que empezará visitando a los funcionarios y trabajadores municipales. Desde el punto de vista programático, apunta, será el espacio público. «La limpieza, la jardinería, las baldosas que se mueven, la seguridad. La gente por la calle me pide eso: no me piden una piscina climatizada. Me piden que cuide del espacio público de la ciudad», apunta.
El polémico contrato de la limpieza
Sobre la mesa tendrá algunos de los problemas que han envenenado el debate político del consistorio durante los últimos años. El nuevo contrato de la limpieza, suspendido en estos momentos por el Tribunal Catalán de Contratos del Sector Público, es uno de los principales. «Tenemos que ver qué podemos salvar. No es un contrato competitivo y no se presentará ninguna empresa. Es el contrato que tendríamos que hacer para dentro de doce o quince años», asegura Viñuales, insistiendo en que el consistorio no dispone ahora de capacidad económica ni técnica para implementar la recogida con vehículos propulsados con hidrógeno.
Los trabajos para aprobar un nuevo Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM) será uno de los principales exámenes que tendrá que superar el nuevo gobierno. Avisa de que en 2025 caducan las normas subsidiarias y eso podría hacer devolver el planeamiento de la ciudad al de los años 80. Propone crear una gerencia de urbanismo y, también, nombrar un director o directora del POUM.
El ganador de las elecciones en Tarragona considera que, a pesar de las diferencias, hay «puntos de conexión» con el resto de grupos municipales. Rechaza «acumular» el crecimiento de viviendas en Ponent y apuesta por crecer por Llevant, rescatando Terres Cavades. Cree que hay «que «conectar» un «Ponent verde», habilitando nuevos espacios naturalizados a partir de las cuotas urbanísticas en torno al desarrollo del vial Tarradellas.
Refuerzo tecnológico para la seguridad
La seguridad ciudadana, añade, ocupará también un espacio importante en las prioridades del nuevo gobierno. El alcalde asumirá directamente las competencias. Viñuales defiende que la ciudad «no es insegura», pero matiza que existen situaciones que generan «alarma social» y cita las ocupaciones de inmuebles, los cultivos indoor de marihuana, problemas de convivencia o hurtos. «Estas cosas se tienen que combatir», afirma. Lo quiere hacer incrementando la plantilla de la guardia urbana e integrando el uso de nuevas tecnologías de videovigilancia y aplicaciones específicas de gestión de la seguridad para producir una efecto «disuasorio» y «reactivo», «sin que sean un Gran Hermano». «No habrá gente mirando qué se hace continuamente. Queremos que la gente sepa que no se pueden hacer maldades, que en esta ciudad no se puede delinquir», sentencia.
Dentro del cartapacio presentado, Viñuales se ha reservado también las competencias para desencallar, a lo largo de este mandato, el uso de dos de las edificaciones más simbólicas de la ciudad y que llevan décadas levantando debates y confrontaciones políticas. Por una parte, apuesta por seguir buscando financiación para el proyecto Rambla Science en la antigua sede del Banco de España, vengan de Europa o, también, precisa, del 2% Cultural. En el caso de la Tabacalera, dibuja diferentes opciones: desde un espacio multidisciplinar, con biblioteca o centro de investigación en un único uso, que podría estar vinculado a las nuevas tecnologías y con la participación de alguna multinacional del sector. Eso sí, remarca, sin que deje de ser un «espacio abierto a la ciudadanía y que no se podrá cerrar». Tampoco descarta que, finalmente, el edificio lo acabe usando la administración local.
Un trazado de tramo que no convence
Otras carpetas abiertas a las que tendrá que hacer frente son el trazado del nuevo tranvía del Camp de Tarragona, con una propuesta de trazado de entrada en forma de Y que no acaba de convencer a Viñuales por las consecuencias urbanísticas que tendría sobre la calle del Mar. En este sentido, apuesta porque esta vía se acabe convirtiendo con una rambla que conecte la ciudad con el espacio costero y con la idea de reformular el tráfico de la calle Reial.
El virtual alcalde de Tarragona también se ha comprometido a apostar por políticas que busquen la «igualdad efectiva entre hombres y mujeres» y posicionar en defensa de los colectivos LGTBi, con la propuesta de hacer más visibles sus reivindicaciones con la organización de una fiesta Pride en Tarragona.