Diari Més

Descubren nuevas funciones del succinato como biomarcador para diagnosticar la enfermedad del hígado

Esta patología afecta al 25% de la población y puede derivar en cirrosis e implicar un mayor riesgo de cáncer

De izquierda a derecha: Las investigadoras del IISPV Victoria Ceperuelo Mallafré, Anna Marsal Beltran y Sonia Fernández-Veledo.

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Un estudio liderado desde el Institut d'Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV) de Tarragona ha permitido identificar el succinato como nuevo biomarcador presente en la sangre para predecir la enfermedad del hígado graso no alcohólico y para confirmar su diagnóstico. Además, este estudio descubre una nueva función del succinato y, concretamente, de su receptor SUCNR1 como mecanismo protector de leș células hepáticas: la de prevenir la acumulación de lípidos en las fases iniciales de la enfermedad. El estudio se ha publicado en la prestigiosa revista científica Metabolism.

La enfermedad del hígado graso no alcohólico afecta al 25% de la población. En los casos más graves puede derivar en una cirrosis y puede implicar un mayor riesgo de cáncer. Se ha convertido en una de las principales causas de trasplante hepático. El grupo DIAMET del IISPV trabaja en este campo desde hace tiempo.

El estudio ha analizado los niveles de succinato en sangre de pacientes con sospecha de sufrir la enfermedad y que presentaban varias alteraciones metabólicas (como la obesidad) o valores anormales relacionados con la glucosa, las enzimas hepáticas y los lípidos. Los resultados han mostrado que los pacientes con niveles elevados de este metabolito en sangre tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad del hígado graso. Además, se ha observado que el succinato tiene un potencial similar a otros biomarcadores no invasivos para la predicción y confirmación del diagnóstico de esta patología. La inclusión de este parámetro en la práctica clínica podría evitar biopsias hepáticas, una prueba invasiva que se utiliza cuando hay dudas sobre la evolución de la patología.

Por otra parte, se ha descubierto que el receptor del succinato, el SUCNR1, juega un papel clave no sólo en etapas más avanzadas de la enfermedad como la fibrosis, sino también en etapas más iniciales. Se ha demostrado por primera vez que el succinato, a través de su receptor, tiene efectos protectores en las principales células del hígado, los hepatocitos, ya que evita la acumulación de grasa en el hígado. Este efecto protector es fundamental en las etapas iniciales, pero no es suficiente en etapas más avanzadas.

El hallazgo no sólo contribuye a un diagnóstico más efectivo de la enfermedad del hígado graso no alcohólico, sino que también abrirá nuevas vías para el desarrollo de fármacos destinados a su tratamiento (hasta ahora inexistentes).

Las investigadoras del estudio Victòria Ceperuelo Mallafré y Anna Marsal Beltran señalan la importancia de avanzar en el conocimiento de los procesos moleculares que determinan la progresión de la enfermedad y poder así desarrollar fármacos dirigidos a células específicas.

Este estudio se ha llevado a cabo con muestras de pacientes de los hospitales universitarios Joan XXIII y Sant Joan de Reus, del Hospital Universitario Dr. Josep Trueta de Girona, del Grup de Recerca en Nutrició, Eumetabolisme i Salut de l'Institut d'Investigació Biomèdica de Girona (IDIBGI) (IDIBGI) y del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca, en Murcia.

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