Enseñanza
Los pasteleros de Tarragona lamentan el bloqueo en la homologación de sus cursos
El Gremio sigue «luchando» para que la Generalitat permita a EscoTàrraco entregar certificados oficiales
El Gremio de Artesanos Pasteleros de Tarragona sigue «luchando» por homologar los cursos de su escuela, Esco Tàrraco (fundada en el 2021), tal como apunta el presidente, a Josep González. Sin embargo, las últimas reuniones con la Generalitat no han sido fructíferas y el sector mantiene pocas esperanzas de conseguir su objetivo, que permitiría a los estudiantes obtener un certificado oficial. Este hecho facilitaría ampliar la oferta y asumir un mayor número de estudiantes. Además, tampoco se acabarán haciendo los cursos de los Programas de Formación e Inserción (PFI), ya que las condiciones que ofrecía la administración pública, según González, son inasumibles.
«El objetivo de todo es que la pastelería artesana no muera, pero, de momento, con respecto a la homologación de los cursos, soy bastante pesimista», explica el presidente, quienasegura que existe demanda y que habría capacitado para ampliar la oferta porque hay profesionales dispuestos a impartir las clases. No obstante, la Generalitat insiste en que los docentes tienen que tener el C2 de catalán, aunque González encuentra innecesario certificar un nivel tan elevado en estos cursos. «I yo ya hablo catalán con todos mis alumnos», añade.
El Gremio de Pasteleros todavía mantiene las conversaciones con la Generalitat, pero, hasta ahora, la situación ha «decepcionado» a González. Delante de este escenario, el presidente llegó a plantearse dimitir, pero quiere continuar adelante por conseguir el objetivo de transmitir a las nuevas generaciones el oficio de pastelero. «Nosotros somos los que ejercemos el oficio, los que sufrimos y los que vivimos el día a día. Tendrían que escucharnos más para saber cuáles son las necesidades del sector», apunta.
Con respecto a los PFI, que son el primer nivel de calificación de los estudios de formación profesional, González explica que la Generalitat les ofrecía una cantidad muy insuficiente de dinero para pagar a los profesores de los cursos, que durarían nueve meses. «No nos sale rentable de ninguna manera», comenta. El presidente también señala que instó en el departamento de Educación a implantar una escuela de oficios en Tarragona. «También intento luchar por la ciudad y considero que un centro así sería fantástico», subraya.
EscoTàrraco seguirá ofreciendo, como hasta ahora, cursos privados, a la espera de algún día poder resolver la situación y que sirvan para obtener un certificado oficial. Por otra parte, espera llevar a cabo alguna colaboración con el Ayuntamiento próximamente.