ERC considera que abrir los contenedores a Bonavista, Cala Romana y al Serrallo es un error

El Grupo Municipal de ERC en el Ayuntamiento de Tarragona ha criticado la medida tomada por el nuevo gobierno del alcalde Viñuales de reabrir los contenedores cerrados en Bonavista, Cala Romana y el Serrallo que hasta ahora funcionaban con tarjetas.

El consejero republicano, Jordi Fortuny, ha señalado que esta medida se tomó con el fin de alcanzar los objetivos de recogida selectiva que marca la directiva de la Unión Europa que fija que en el 2025 se tiene que llegar al 55% de recogida selectiva; en el 2030 al 60% y en el 2035 al 65%. «Durante los cuatro años de gobierno Ricomà hemos trabajado para conseguir estos objetivos. En el 2022 alcanzamos el máximo histórico del 38,5% de materia selectiva».

Fortuny también ha destacado que del 2019 en el 2022 se han reducido en más de 5.000 las toneladas de residuos que se han llevado a incinerar, por el hecho de esta acción y otros, ha permitido un ahorro de más de 600.000 euros en las arcas municipales, lo que equivale a 1.400 recibos de IBI. «Tenemos que seguir bajando el porcentaje de basura que se lleva a quemar por un ahorro económico y por los requisitos ambientales que nos marca Europa», ha puntualizado el consejero.

En esta línea, Fortuny ha remarcado las buenas cifras alcanzadas de recogida selectiva en las tres zonas de la ciudad que se han implementado los contenedores cerrados. «En Bonavista se ha alcanzado un 59% de recogida selectiva; en Cala Romana un 54%; y en el Serrallo un 72%. Datos que se encuentran muy por encima de la media de la ciudad y denotan que la medida de los contenedores cerrados ha funcionado y es buena. Eso no quiere decir que no haya algunos problemas, pero hace falta que se trabajen y se enmienden».

Desde Esquerra advierten al nuevo gobierno que la medida de reabrir los contenedores puede poner en peligro alcanzar las cifras de recogida selectiva que impone Europa. Los republicanos avisan de que no hacer los deberes puede suponer penalizaciones, como no optar en ninguna subvención europea sobre la materia. En este sentido, el consejero Fortuny ha recordado que «la Mancomunidad de Residuos del Camp de Tarragona se encuentra ante su renovación con una inversión prevista de más de 100 millones de euros, de los cuales se han obtenido 80 millones de subvención. Si en Tarragona no hacemos bien el trabajo y no trabajamos en coherencia este dinero pueden peligrar. Además, el consejero también reprocha que se revertirá la situación y aumentará la fracción de resto y eso supondrá invertir más dinero en incinerar la basura, «ahora mismo incinerar una tonelada de residuos cuesta 109€, una cifra que los próximos años aumentará, eso quiere decir que si no reciclamos bien pagaremos una tasa mucho más cara».

Por todo ello, Fortuny ha considerado que reabrir los contenedores es una medida «clientelar para contentar a algunos vecinos que no les gustaba el formato», por eso ha pedido al nuevo gobierno que «mire por el bien común, porque las consecuencias de esta decisión las pagaremos toda la ciudadanía, es un error monumental que nos saldrá muy caro. Para sorpresa de todos el nuevo gobierno ha hecho una involución, está haciendo una política cobarde para no afrontar los problemas directamente y con unos objetivos claros, ya que los datos alcanzados hasta ahora son claros y positivos».

El consejero republicano ha recordado que la medida de los contenedores cerrados tenía el aval de la empresa concesionaria del servicio, «ellos fueron los primeros interesantes al adoptar este formato. El nuevo contrato de la basura tiene que extender los contenedores cerrados por toda Tarragona de forma gradual». También ha recordado que, aparte de mejorar las cifras de recogida selectiva, los contenedores cerrados también han permitido acabar con el conocido «turismo de basura» en lugares como Cala Romana, donde venía gente de otras poblaciones a dejar su basura en el barrio.