Las personas mayores mostraron menos signos depresivos en el confinamiento

El grupo de investigación en Alimentación, Nutrición y Desarrollo Mental de la Universidad Rovira i Virgili ha realizado un estudio, donde demuestra que el grupo de personas entre 55 y 80 años manifestaron menos síntomas depresivos durante el confinamiento por la covid-19. Este proyecto se ha impulsado con una especial preocupación por la población adulta de edad avanzada, ante las restricciones de movilidad o el riesgo de contagio.

Fijándose en esta franja de edad, el equipo investigador diseñó un cuestionario con el cual se obtenía una puntuación que medía el grado de confinamiento. Esta se calculaba a partir de aspectos como las condiciones de la vivienda o el contacto social (número de personas en una misma casa). La sintomatología depresiva se calculó a partir de valores recaudados por cuestionarios que el usuario completó antes, durante y después del confinamiento.

Indira Paz-Graniel, investigadora del Departamento de Bioquímica y Biotecnología de la URV, explica la hipótesis del estudio: «Las personas que experimentaron un confinamiento y restricciones sociales más severos presentarían más niveles de depresión en comparación con quien pasó por un confinamiento más ligero». Los resultados, sin embargo, fueron diferentes. «Al comparar las puntuaciones de la sintomatología antes y durante el confinamiento, estas disminuían y recuperaban sus niveles una vez pasada el periodo de cierre. Además, el grado de confinamiento no pareció influir en la sintomatología depresiva», declara Paz-Graniel.

Las conclusiones se explican a través de diferentes factores: las personas entre 55 y 80 años se habrían visto menos afectadas por las consecuencias sociales y económicas que la gente joven. Las personas de edad avanzada, con diagnóstico depresivo previo a la pandemia, demostraron ser más resistentes por los conocimientos adquiridos sobre gestión emocional. Además, las personas con factores de riesgo de sufrir covid-19 se habrían sentido aliviadas con las restricciones de movilidad e interacción social.

El estudio ha sido publicado en la revista Depression and Anxiety. El equipo que se ha encargado del proyecto está formado por tres investigadores de la URV y miembros del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili: Indira Paz-Graniel, Nancy Babio y Jordi Salas.