INCIVISMO
Vecinos de la calle Mallorca de Tarragona denuncian el ruido de las terrazas de bar
Los bloques afectados piden adelantar el horario de cierre de los locales a las once de la noche
Tres bloquesde vecinos de la zona de la calle Mallorca más próxima a la TAP, hace meses que se quejan de los ruidos que se producen constantemente a una zona de bares. Ahora, protestan con la Associació Veïnal de la Verge del Carme porque, desde la salida de la pandemia, los bares cierran más tarde sus locales y abundan las botellades.
El malestar de los vecinos se produce a raíz de los disturbios que se generan cuando los clientes se acumulan en las terrazas y hacen mucho jaleo, «a lo largo de los 365 días del año». Los bloquesafectados son los de la calle Mallorca, 25; calle Mallorca, 27 y la calle de Pere Martell, 30; que tiene balcones que tocan en la misma zona problemática. Dos miembros de la comunidad de vecinos de la calle Mallorca, 27, explican que «el problema empezó una vez finalizó la pandemia, ya que antes los bares cerraban a las 23 h. y, si se pasaban y les decías que molestaban, hacían caso. Ahora, sin embargo, cierran tardísimo, hacen mucho ruido, y si les llamamos la atención, no hacen caso». Los bares de aquel tramo de la calle Mallorca siguen un horario muy concreto. Entre semana, sobre las siete y media de la mañana, los restauradores ya ponen las mesasy, hasta las 00 h. o las 00.30 h., no cierran los locales. Por otra parte, los viernes y los sábados, no cierran hasta en torno a las 2 h, según dicen los vecinos.
Los residentes creen que este problema se genera a partir de la gestión por parte de los restauradores, ya que «añaden hileras de mesasadicionales a las terrazas, fuera de las reglamentarias, y como más gente llega, más ruido hay. Además, si hay algún bar que no abre toda la mañana, lo que se mantiene abierto aprovecha parte d la superficie de terraza que tiene el ausente». Las aglomeraciones y el jaleo son constantes, pero se acentúan en días de partido de fútbol o en jornadas que se hacen fiestas a la TAP. Además, los vecinos también se quejan de las botellades que se organizan a la misma zona. «A veces, compran el alcohol en el supermercado de Pere Martell y vienen aquí a hacer botellada», dice una vecina. «No puedo más, me empiezo a medicar porque no puedo aguantar el ruido, es insufrible. Además, los efectos de la medicación me destrozan. Va más allá de las molestias, eso también va de nuestra salud», añade. Los vecinos hace meses que intentan solucionar esta problemática. Piden adelantarel cierre de los locales a las 23 h. Para hacerlo realidad, se han puesto en contacto con algunas autoridades. Con el anterior mandato, explican que «fuimos a hablar con Pau Ricomà y continuamos igual». Los afectados también se dirigieron a la Oficina de Relaciones con la Comunidad de la Guardia Urbana, y han presentado varias instancias al OMAC, sin embargo «no nos han hecho caso». Finalmente, hace dos semanas los vecinos contactaron con el concejal del Ayuntamiento, Berni Álvarez, que les dijo que obtendrían una respuesta oficial próximamente.