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Seguridad

Verano con menos robos en los barrios de Llevant de Tarragona gracias a las cámaras de vigilancia

A excepción de la Móra, el resto de barrios y urbanizaciones reconocen que la delincuencia se ha reducido desde que se instalaron

Imagen de archivo de un equipo de videovigilancia a Cala Romana escondido entre la vegetación.

Verano con menos robos en los barrios de Llevant de Tarragona gracias a las cámaras de vigilanciaGerard Martí

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Satisfacción generalizada entre los residentes de Llevant por los resultados que están dando las cámaras de videovigilancia que instaló el Ayuntamiento de Tarragona el pasado mes de octubre. Durante los últimos meses, la sensación de inseguridad se ha reducido en casi todos los barrios y urbanizaciones, según exponen las asociaciones vecinales. «No se ha erradicado, pero ya no es lo que era antes», afirma Josep Anton Solé, presidente de la AVDA de Boscos, quien afirma que los robos «han bajado en picado desde que hay las cámaras». En este sentido, apunta que sólo ha habido «casos puntuales».

Tanto Solé como Noly Carbonell, presidenta de la Asociación de Vecinos de Cala Romana, aseguran que las cámaras están cumpliendo su objetivo de tener un efecto disuasivo. «En la época de julio y agosto el problema de los robos era continuo, pero este verano no se ha sentido eso», indica Carbonell, quien detalla que sólo ha habido pequeños hurtos en alguna zona concreta de la urbanización, pero nada importante. Aunque la situación ha mejorado, la presidenta de la agrupación vecinal reconoce que, igualmente, hace falta más presencia policial. «Entendemos que es complicado, pero creemos que hacen falta más patrullas», comenta.

Uno de los puntos donde cree que la Guardia Urbana tendría que ser de manera más frecuente está «en la primera entrada de Cala Romana, a la altura de la playa de los Capellans». Sobre todo para aquellas personas que aparcan en lugares donde no está permitido durante la temporada estival, que es cuando más actividad hay. Por otra parte, apunta que también siguen sufriendo el problema del cruising durante las noches. En Monnars-Solimar no sufren este fenómeno, pero también requieren más presencia policial. «Siempre te tranquiliza más que haya patrullas por la zona», asegura la presidenta de la asociación de vecinos del barrio, Anna Maria Solé.

«A través del grupo de Whatsapp que utilizamos para comunicarnos con los vecinos, hemos comprobado que las cámaras están teniendo un efecto favorable», expresa Solé. «Nos sentimos más seguros», afirma. En este sentido, apunta que los residentes de la urbanización siempre han sido muy sensibilizados con el tema de los robos y desde la entidad se han mantenido siempre atentos por si había algún aviso. «En nuestro caso, tenemos el bosque al lado, que es un refugio muy bueno para los ladrones», indica la presidenta de la AVDA, quién explica que últimamente han sufrido algún caso concreto, pero que «los Mossos han actuado con la máxima celeridad».

El consistorio instaló hasta veinte cámaras de seguridad y lectores de matrícula, a finales del año pasado en los barrios de Llevant. En concreto, en Cala Romana hay siete equipos colocados; en Monnars-Solimar, cuatro, y en Boscos, tres. Por otra parte, se han instalado dos en los Pinars y en la Mora y uno, tanto al Escorpí como a Ferran, donde el presidente de la asociación de vecinos, Enrique Fernández, ha notado que «ya no hay tantos robos». Los residentes de la zona valoran positivamente una medida que ha servido para paliar una problemática que afectaba en verano, pero que también se notaba mucho el resto del año: «Como hay poca población y muchas de las viviendas son segundas residencias, en invierno sufríamos muchos robos, pero eso ha cambiado desde que se instalaron las cámaras».

En líneas generales, según lo que han experimentado los vecinos de Llevant, los equipos de videovigilancia están cumpliendo con su objetivo. En alguna zona, sin embargo, no acaban de estar contentos. Es el caso de los Pinars. Delfina Hernández, presidenta de la comunidad de propietarios de la urbanización, explica que, antes de que estas se colocaran, no sufrían robos más allá de algún incidente puntual. Así, no han podido constatar ningún cambio. Eso sí, Hernández se queja de que las cámaras no están sirviendo para acabar con otros actos incívicos que se producen en la zona: «Sigue viniendo gente a revolver la basura buscando chatarra y deja toda la basura fuera».

En el caso de la Mora-Tamarit, donde sólo hay dos cámaras, instaladas en las entradas del barrio, los vecinos tampoco están satisfechos. «No ha tenido ningún tipo de efecto positivo», apunta el presidente de la Asociación de Vecinos Francesc Garcia, quien asegura que «continúo como los otros años, con muchos intrusos que entran en chalets y en bares o restaurantes». Además, cree que es «básico», que haya más presencia policial para acabar con la «sensación de inseguridad» de los vecinos.

Cámaras en la PartAlta

Los equipos de videovigilancia llegarán a otros puntos de la ciudad. El consistorio ya explicó que la instalación de las 35 cámaras de la PartAlta ya está adjudicada y en los próximos meses se colocarán y se pondrán en funcionamiento. Por otra parte, también explicaron que se instalarían en la zona centro y en Ponent, una de las más afectadas por la delincuencia.

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