La URV diseña un sistema para detectar el punto de maduración en la viña

Una investigación en la que participa la Universidad Rovira i Virgili (URV) permite detectar los puntos óptimos de maduración de la uva a partir de una técnica simple con espectroscopia de infrarrojos que se aplica a las viñas y que facilita conocer el mejor momento para la recogida según el uso deseado. El triple objetivo de ampliar las posibilidades comerciales de la fruta para ayudar al sector primario, aumentar el consumo y evitar que se tire es el punto de partida de la investigación del Departamento de Química Analítica y Química Orgánica de la URV.

La investigación del grupo Chemosens, en colaboración con el Instituto de Investigación y Tecnologías Alimentarias y el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León, se basa en el uso de una técnica innovadora, no invasiva y portátil que permite determinar el estado de madurez de la uva en el mismo campo, sin necesidad de ir al laboratorio. Esta técnica se basa en la interacción de un haz de luz infrarroja con las moléculas de la uva.

«Esta energía provoca que los enlaces de las moléculas sufran vibraciones concretas que, con un tratamiento matemático adecuado o quimiometría, se pueden relacionar con la información sobre la composición y en qué proporción se encuentra cada molécula», argumenta el investigador Daniel Schorn-García. Con esta información tan precisa, y teniendo en cuenta en qué momento y en qué posición se ha obtenido cada grano, se puede establecer qué frutos son adecuados para vendimiar en cada momento en función del producto al que se quiera destinar la uva.