«La Part Alta de Tarragona está en camino de convertirse en el Barrio Gótico»
Antonio Russo ha liderado un estudio internacional que explica los efectos nocivos del turismo masivo
Un estudio internacional liderato porla Universidad Rovira i Virgili(URV) apunta que el turismo masivo aumenta los riesgos de exclusión social en las ciudades y perjudica la cohesión social. El trabajo analiza durante cuatro años ocho grandes ciudades turísticas del Mediterráneo, entre las cuales Barcelona, y sus conclusiones son alarmantes. Antonio Paolo Russo es investigador del Grupo de Investigación de Análisis Territorial y Estudios Turísticos del Departamento de Geografía de la URV y la persona que ha coordinado el estudio. Russo explica que estos resultados preocupantes se pueden extrapolar al Campde Tarragona y a la capital.
«La intensidad de oferta de los apartamentos turísticos en Tarragona ha llegado a niveles de Barcelona», alerta a Russo. En este sentido, el coordinador del estudio cree que, si esta tendencia continúa, «la Parte Alta hace camino de convertirse en el Barrio Gótico». «Un ejemplo son los comercios del centro de la ciudad, que están destinados a capturar clientes que sólo pasan dos horas en la ciudad», explica al investigador. Según estudios de la universidad, la Parte Alta es la zona de la ciudad donde más ha crecido el precio de la vivienda en los últimos diez años. Por eso, Russo considera que «la regulación del turismo en la ciudad ya llega tarde». El investigador critica la inacción de los diferentes gobiernos municipales, a pesar de los estudios que «se han hecho en los últimos años y que muestran estos efectos negativos en la ciudadanía».
«La proliferación de los apartamentos turísticos se traduce en un crecimiento del precio de compra-venta», dice Russo. El investigador expresa que en un principio estos proyectos «se ven con buenos ojos porque renuevan edificios en mal estado y aportan la inversión necesaria, pero no tenemos que olvidar que detrás suele haber grandes fondos de inversión, sin ningún vínculo en la ciudad, que sólo compran inmuebles para alquilar durante la temporada turística.» Sin embargo, Russo opina que «el Patronato de Turismo de Tarragona está haciendo un gran trabajo al diferenciarse de la Costa Daurada y apostar por un turismo más cultural». Pero, para llegar, cree que la ciudad tiene que solucionar la problemática con los cruceros: «Sobre el turismo de crucero sólo hablamos en plazos expansionistas, cuanto más, mejor». Russo indica que hace falta una mayor «coordinación con el Puerto, como ya ocurre en otras ciudades mediterráneas como la misma Mallorca o Dubrovnik.»
Justamente el nuevo gobierno municipal implementará un nuevo circuito turístico para cruceristas, que establecerá la avenida Catalunya, en el Campode Marte, como un nuevo punto de llegada. El gobierno municipal ha detectado carencias y deficiencias en la atención y en la logística de los cruceristas a partir del momento en que bajan del autobús al centro de la ciudad para hacer sus visitas. Pero, según Russo, estos efectos también se evidencian más allá de la capital. «En el Campde Tarragona se están creando zonas céntricas de movilidad turística y una larga periferia de marginación residencial», explica Russo.
Un ejemplo, según el investigador, es Vila-seca, que se está estableciendo como un municipio donde viven los trabajadores de temporada en Salou. «El mercado inmobiliario expulsa a los trabajadores», dice al investigador. Por este motivo, según Russo, el turismo también genera una movilidad ineficiente, «porque los trabajadores no se pueden permitir vivir en los centros de las ciudades y se marchan, pero después son ellos los que trabajan en los centros urbanos. Eso, ambientalmente, es muy nocivo». Sin embargo, Russo señala que hay alternativas a este modelo socioeconómico en algunos barrios de Tarragona, como por ejemplo en l'Arrabassada. «Se está viendo cómo crecen servicios y comercios de calidad, impulsados por gente residente que apuesta y escoge el barrio», remacha.