El número de tarraconenses que viven en el extranjero crece un 23% en cinco años

Cada año hay más personas que se marchan de la ciudad de Tarragona para vivir en otro país. Así lo confirman los datos que expone el Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat) sobre la población residente en el extranjero. Este año, la cifra asciende hasta los 6.699, que es un 22,7% más que hace cinco años, cuando había 5.460. No se trata de un crecimiento reciente, sino que se ha producido una subida constante durante este principio de siglo. De hecho, en el 2013, sólo había 3.537 residentes en países extranjeros, que es casi la mitad de los actuales.

La principal hipótesis de Joan Alberich, investigador y profesor de Geografía, Análisis Territorial y Sostenibilidad de la Universidad Rovira y Virgilio (URV), es que la mayoría son personas que migraron a Cataluña durante el «boom migratorio de principios de siglo» y, a raíz de la crisis del 2008, «se han marchado hacia una segunda destinación» en busca de economías más prósperas. Les dadas del Idescat dan fuerza a esta teoría, ya que sólo un 28% de los residentes en el extranjero son loque se conoce como tarraconenses de toda la vida. El otro 62% lo conforman sobre todo personas nacidas en otros países, que durante su estancia en la capital tarraconense se inscribieron en el padrón de habitantes.

Todo eso también está muy relacionado con la edad de las personas que han emigrado. Hay dos franjas que destacan por encima del resto. Una es la que va desde los 40 a los 54 años y la otra, de los 15 al 24. Los de la primera serían aquellas personas que llegaron a la ciudad al principio de los 2000 y veinte años después han hecho camino hacia otro país con mejor proyección económica, mientras que los de la segunda franja podrían ser sus hijos, muchos de los cuales serán nacidos en Tarragona, que son arrastrados por el proyecto migratorio de los progenitores.

Es cierto, sin embargo, que también hay una parte de la población de jóvenes «autóctonos» que migran por iniciativa propia para mejorar las perspectivas económicas, pero Alberich asegura que «el porcentaje es poco importante en términos absolutos». Es el caso de Alex Pliakas, que con 22 años se engalanó de Tarragona a Barcelona y, poco después, emprendió un viaje hacia los Países Bajos con su pareja. «Ella tenía claro que quería ir allí porque es un buen lugar para trabajar como programadora, que es lo que estudió,» dice Pliakas, quien estudióun ciclo superior de Medio Ambiente y sabía que no tendría demasiado salida laboral en Cataluña.

Hace un tiempo visitaron Utrecht y se enamoraron. Por este motivo, se convirtió en su nueva ciudad de residencia hace 5 años. Allí, Pliakas decidió estudiar también programación y ahora cobra «bastante más». «Es una decisión que ha cambiado mi vida a mejor, he mejorado mi inglés, estoy aprendiendo holandés y la mezcla de culturas es fascinante», apunta al tarraconense, quien asegura que viajan a España cada tres meses y que «volver a casa es cálido y familiar, pero sé que mi hogar está en otro país en elque soy migrante».

Preferencia por Europa central

Con relación al motivo que lleva a la mayoría de los tarraconenses a emigrar hacia otro país, que es la búsqueda de la bonanza económica, Joan Alberich indica que existe una preferencia por las regiones de la Europa central. Es cierto que Alemania, donde hay 670 de los 6.699 residentes totales en el extranjero, es la segunda destinación preferida, pero Francia es, con diferencia, el país más escogido (1.324). También destacan el Reino Unido (566) o Suiza (487). Llaman la atención los 487 que viven en Argentina, la mayoría de los cuales podrían ser personas que han decidido volver al país de origen.

La tendencia de los últimos años apunta que el número de tarraconenses que residen en el extranjero seguirá yendo en aumento. El profesor de la URV no se aventura a pronosticar qué puede pasar en el futuro, ya que «en materia demográfica, las migraciones son las más complicadas de prever». En este sentido, Alberich apunta que es difícil hacer una proyección en futuro porque tiene un peso muy importante un factor que va más allá de los demográficos, y es el económico.