Les escuelas participantes del 'pedibús', satisfechas con los resultado

El último trimestre del curso pasado, cuatro escuelas de Tarragona –Prácticas, El Miracle, Dominicas y Pax- aplicaron el pedibús , el programa de caminos escolares seguros. Concretamente, la idea era que los alumnos, en grupos y acompañados por un adulto, realizaran el camino hacia la escuela a pie. Unos meses después del fin del curso escolar, los centros participantes se muestran satisfechos con cómo ha ido el proyecto, según fuentes del Ayuntamiento.

El gobierno municipal adjudicó en noviembre de 2022 el diseño y gestión del programa al'Escamot Cooperativa. Albert Papell, uno de sus técnicos, hace un balance de cómo ha estado el trabajo con las escuelas: «En el caso de la escuela PAX, en una semana los alumnos de 5.º y 6.º ya habían gestionado sus líneas del 'busa pie'», explica, mientras que otros centros sólo hicieron un primer contacto con el proyecto.

Es el caso del colegio Dominiques. Farah Megías, una de las madres que forma parte de la comisión encargada de llevar a cabo la iniciativa, explica que, a finales de curso, no aplicaron el pedibús como tal, pero sí que crearon dos rutas: «La primera sale de la Tabacalera, y la segunda desde la cafetería Iberic Point», explica. Además, también realizaron unaprueba piloto el 14 de mayo: «En un principio estimamos que serían sólo 7 niños, y al final acabaron siendo 20», remarca.

Este proyecto proviene del curso 2021-2022, cuando se hicieron jornadas de sensibilización sobre la movilidad escolar, y en las que se mencionó la iniciativa del pedibús . A continuación, el IMET «hizo un llamamiento» para saber qué escuelas estarían interesadas en aplicarlo, y los cuatro centros mencionados decidieron darle una oportunidad.

«Primero hicimos sesiones con el claustro de profesores, después con las familias y finalmente con el alumnado, con quien realizábamos talleres prácticos donde dibujaban la ruta que hacían para ir a la escuela y los peligros con que se encontraban». Así lo explica Papell, remarcando que una de las principales reticencias de las familias era que el objetivo del programa fuera que, en algún momento, los niños fueran a la escuela en grupos pero sin el acompañamiento de un adulto. «Para ellos significa un cambio de hábitos, pero tienen que pensar en los beneficios que la iniciativa aportará a las criaturas», declara.

Con respecto a eso, Megía explica que también se han encontrado con padres que «no se fían de dejarnos a sus hijos o no se quieren hacer cargo de criaturas que no son suyas». Papell afirma que la implicación de las familias es muy importante: «Siempre ponemos énfasis en que las familias son las que se tienen que organizar entre ellas», declara.

Previsiones de futuro

Con respecto al futuro del proyecto, Papell explica que depende del encargo que les dé el IMET: «Puede ser que nos digan de ir a las mismas escuelas y consolidar el proyecto, o de empezar desde cero en otras». Con todo, declara que les gustaría llegar a más centros, y que ve posible trabajar con dos escuelas próximas entre ellas, como por ejemplo las Dominicas y las Carmelitas.

Por otra parte, Farah Megía explica que quieren hacer una nueva prueba piloto en noviembre, y también buscar la colaboración de los comercios que forman parte de la ruta: «Si se da el caso de que un niño tiene un accidente, tener la confianza en que se podrá llamar a sus padres desde un establecimiento que esté en el camino».