«Daremos batalla contra la impunidad»

El Balcó del Mediterrani de Tarragona fue ayer al mediodía el escenario de la manifestación más multitudinaria en la ciudad de rechazo a la ley de amnistía pactada para|por el PSOE y Junts per Catalunya. Unas 700 personas, según datos de la Guardia Urbana, llenaron de banderas catalanas y españolas y de proclamas constitucionalistas uno de los espacios insignia del municipio.

«Con estas manifestaciones canalizamos el malestar de toda la ciudadanía hacia este ataque a la democracia del PSOE, impulsado por los partidos independentistas», expresó Mario García, presidente provincial del Partido Popular, la entidad organizadora del acto. También asistió a la convocatoria la diputada en el Parlament de Catalunya de los populares, Lorena Roldán.

«Vulneran la separación de poderes, la piedra angular de cualquier democracia, a escondidas, como los delincuentes», expuso García. Los insultos contra el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y la demanda de su entrada en la prisión, fueron una constante durante la jornada, que se celebró con un ambiente pacífico y distendido. Incluso, asistieron familias con niños pequeños. «PSOE, no me engañarás nunca más», expresaba la pancarta de uno de los manifestantes.

También, Carles Puigdemont fue uno de los nombres más repetidos en los cánticos, que lo comparaban con Sánchez y pedían su encarcelamiento. «El acuerdo de investidura busca romper la igualdad entre españoles y vende nuestra libertad a cambio de intereses particulares», denunció García en la lectura de un manifiesto unitario que se leyó en las concentraciones en todas las capitales de provincia del país. «En esta ocasión, la amenaza se dobla porque están liderados por la primera persona que tendría que impedirlo. Tenemos que tener una reacción firme y serena, de los demócratas, independientemente del signo político», exclamaba García, entre aplausos.

En esta línea, según los congregados, estas movilizaciones son la manera de defender el país en este momento político, sin importar a quién o qué se votó el pasado 23 de julio. «España no se vende, España se defiende» fue uno de los cánticos con más éxito. «La democracia europea está en juego cuando la española está en peligro», dijo García. Aparte de las españolas y catalanas, se exhibieron también muchas banderas de la Unión Europea.

«Daremos la batalla contra la impunidad a los parlamentos, a los juzgados y a las calles, de manera cívica», afirmó García. Se prevé que a mediados de esta semana se celebre el debate de investidura en el Congreso de los Diputados.

Al acabar la lectura del manifiesto, el PP dio por acabada la concentración. Sin embargo, muchos manifestantes reclamaban ir a la sede del partido socialista. Y así fue. En este caso, el relevo del liderazgo de la concentración pasó a manos de Vox. Centenares de protestantes empezaron un pasacalle con la presencia de los diputados en el Parlamento de la formación de ultraderecha, Isabel Lázaro y Sergio Macián. Los gritos de «Europa reacciona, esto es un atraco», se mezclaban con las conversaciones de quien hacía el vermú en las terrazas de los bares y restaurantes de la Rambla Nova.

Los manifestantes cortaron parcialmente la circulación en la avenida de Ramón y Cajal y se marcharon con paso firme hasta la sede del PSC. Allí, después de hacerlo con Sánchez, se señaló el alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales, de «traidor» y de no «defender su nación». Los insultos y descalificaciones hacia la formación socialista se hicieron más notorios. Estos, también se juntaron con los de «España cristiana y no musulmana».

En la última semana, se han organizado varias concentraciones en la sede socialista, pero la de ayer fue la más multitudinaria. Los congregados también reclamaron una huelga general, que desde algún sindicato, como Solidaridad, ya se está preparando. La protesta transcurrió de forma pacífica y se disolvió sin ningún incidente. Hasta, lo que parece, la próxima movilización.