Teresa Auguet: «El premio es individual, pero el tejido de apoyo que he tenido tiene mucho que ver»

¿Cómo recibes este premio?

«Yo no sabía que habían presentado mi candidatura para el premio. Para mí fue una sorpresa, cuando me llamó el doctor Sergi Boada me hizo mucha ilusión. Primero pensé que no sé si era merecedora de este premio. Sí que es un galardón individual, pero pienso que tiene mucho que ver que detrás hay un tejido de apoyo muy importante que hace que los premios individuales en verdad sean colectivos, ya que tú solo no harías nada. El hospital siempre ha creído en mí, y eso facilita proponer y desarrollar proyectos».

Desde noviembre de 2017 eres jefa del servicio de Medicina Interna del Hospital Joan XXIII. ¿Cuáles son los principales retos a los que te enfrentas día a día?

«Uno de los más importantes es liderar equipos de alto rendimiento. Por otra parte, lo que tenía claro es que no quería ser la jefa, sino liderar un proyecto. Lo nuestro es continuista de lo que se hacía antes, pero sí que hemos potenciado y creado nuevas áreas. Por ejemplo, hace unos años empezamos un hospital de día en Medicina Interna. También hemos creado unidades nuevas con otros servicios del hospital. Por ejemplo, una unidad de riesgo vascular conjuntamente con el servicio endocrino. Por otra parte, hemos reordenado cómo tratábamos a los pacientes con enfermedades infecciosas, y hemos creado una unidad que justo empieza a funcionar. Además, hemos potenciado una unidad de diagnóstico rápido, porque en los últimos años hemos visto cómo hay pacientes que se pueden atender en formato ambulatorio, sin que estén ingresados».

¿Qué consejos darías a Teresa de cuando empezó a ser jefa de servicio?

«Puede ser que no sufriera tanto por las cosas. Es un trabajo donde tienes que estar muy organizado a fin de que salga todo bien, pero también tienes que saber qué quiere cada persona que trabaja contigo, y poder darle, porque así las personas trabajan más a gusto y se crea un buen ambiente laboral. Eso lo vas aprendiendo con el tiempo».

También eres profesora titular de la carrera de Medicina en la URV. ¿Por qué decidiste introducirte en la enseñanza?

«Creo que enseñar está dentro del ADN de los médicos. Cuando acabé mi residencia, vine a trabajar aquí, y siempre me había llamado la atención que fuera un hospital universitario. Me gusta mucho ver cómo los residentes avanzan, participar en la evolución es satisfactorio».

Aparte de la materia más puramente teórica, ¿qué factores humanos les intentas enseñar?

«El factor humano es fundamental, pero a veces no nos dedicamos lo suficiente. Es importante que los alumnos vengan con nosotros y puedan ver cómo trabajamos. Por eso, durante nuestro trabajo, tenemos que ser empáticos y ver qué necesita el paciente realmente. La parte teórica es relevante, pero los alumnos también tienen que ver cómo actuamos en el momento».

En el ámbito de la investigación, ¿en qué estás trabajando actualmente?

«Las líneas de trabajo de nuestro grupo de investigación son el estudio de la obesidad y la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Estamos buscando métodos no invasivos para diagnosticar la enfermedad, además de buscar un tratamiento específico. La investigación surgió partiendo del hecho de que en el hospital ya había una trayectoria de estudio sobre estas materias, y pensamos que sería bueno concretar en la enfermedad, porque todavía es desconocida. Por otra parte, durante la pandemia, centramos la investigación en cómo afectaba la covid-19 en pacientes con obesidad».

¿Cómo compaginas estos tres trabajos?

«Es un poco complicado. Tienes que ser muy ordenado y trabajar en casa, porque con el horario del hospital no tienes bastante para hacer investigación, prepararte las clases, etc. Lo fundamental es tener un equipo detrás que te ayude, porque ellos también se dedican a lo mismo y entre los unos y los otros nos ayudamos. Son profesiones que te tienen que gustar mucho».