Navidad
Los dioramas se van a la Part Alta de Tarragona
La exposición de la Asociación de Pesebristas se ha trasladado al casco antiguo, donde ha obtenido una buena acogida vecinal
La Asociación de Pesebristas de Tarragona empezó, el pasado 8 de diciembre, una nueva edición de la exposición Dioramas y Pesebres de Navidad. Este año, sin embargo, la colección ha abandonado su sede habitual, el edificio de los Caputxins en la Rambla Nova, 105, y se ha trasladado a la calle de la Mercería, número 13, en la Part Alta.
El presidente de la entidad, Josep Maria Borrut, explica que han abandonado su ubicación habitual porque la propietaria del edificio, la Fundación Hospital Sant Pau y Santa Tecla, está adecuando el edificio para convertirlo en una residencia para personas mayores, entre otros usos. Sin embargo, Borrut se ha mostrado satisfecho con el cambio: «Hay muchos grupos que visitan el casco antiguo de la ciudad, y sólo pasando por aquí ya ven que es una exposición, y entran al local». El pesebrista compara esta ubicación con la anterior, en la que costaba más discernir que el edificio acogía la exhibición.
El cambio en positivo ya se ha hecho notar: «Hemos tenido el doble de visitantes que durante los mismos días el año pasado», declara Borrut. Por otra parte, también ha remarcado que han recibido una buena acogida vecinal: «Este local era un negocio, y no lo hemos reformado. Hay vecinos que se alegran de que lo hayamos reabierto, y les hace gracia entrar y revivir recuerdos de la infancia». El lugar que antes acogía la venta de comestibles y velas, ahora es el escenario de 9 dioramas construidos por 18 pesebristas, miembros de la asociación.
Borrut explica que cada pieza comporta en torno a 120 horas de trabajo, y que el proceso empieza en verano, con el reparto de las escenas religiosas que realizará cada pesebrista: «Después de Santa Tecla empezamos a construir las piezas. Cada artista dedica el tiempo que puede», declara Borrut, quien remarca que la asociación, que ya tiene un centenar de miembros, está formada por todo tipo de perfiles, desde gente jubilada hasta jóvenes. Por otra parte, explica que los que viven en pueblos más alejados del centro, como los Pallaresos, se decantan por construir su parte del diorama en su casa, para después trasladarla a la exposición.
Un estilo particular
Los pesebristas no sólo se diferencian por su edad, sino también por la manera de trabajar una pieza. Borrut remarca que «en nuestra exposición, defendemos que cada uno exprese su estilo», de tal manera que «me pones delante de un diorama, y te puedo decir qué pesebrista lo ha hecho», sólo fijándose en el tipo de pincelada, entre otros factores.
Pone de ejemplo los edificios del diorama Anunciación de Maria, que tienen rasgos árabes, una característica que sus autores suelen utilizar. Por otra parte, Borrut también comenta que, si alguien se fija en el Camino de Belén, construido por cuatro pesebristas, «notará que hay ligeras diferencias de estilo entre algunos edificios».
El pesebre natural
Otra de las piezas de la exposición es el pesebre de Navidad, hecho con materiales naturales. «Los autores pican ellos mismos la piedra de las estructuras», explica Borrut. La pieza se construye pocos días antes de que la exposición se abra al público, ya que también está formada por hierbas, que se secan fácilmente con el paso de los días.