La Fundación Bonanit de Tarragona ofrece una cena familiar de Fin de Año a veinte sintecho para afrontar la soledad
La institución ha atendido a unas 500 personas sin hogar y ha registrado un 85% de ocupación a lo largo del 2023
La Fundación Bonanit de Tarragona ofrece una cena de Fin de Año en un ambiente familiar a una veintena de sintecho que se alojan en esta institución. La iniciativa, que ya acumula una década de historia, pretende ayudar a los usuarios a afrontar la soledad durante fechas señaladas de Navidad, como el 24 o el 31 de diciembre. «Son días malos para estar solo; hay gente que no tiene nadie, ni siquiera quien les felicite las fiestas. Aquí vienen y se encuentran como si entraran en el comedor de una casa, se les da calor, amor y compañía», ha afirmado la Loli Santillana, trabajadora a la Fundación Bonanit. Según la entidad, se han atendido unas 500 personas sin hogar y se ha registrado un 85% de ocupación a lo largo del 2023, unos datos similares a años anteriores.
Entrantes variados, merluza a la vasca, turrones, tronco de Navidad y uva. Es el menú que ya tiene a punto la Fundación Bonanit para despedir el año y que disfrutará a una veintena de personas sin hogar que pernoctan en el inmueble situado en la plaza de las Peixateries Velles de Tarragona. La iniciativa es posible desde hace diez años por las donaciones de particulares y el trabajo de voluntarios, que se encargan de prepararlo todo para ofrecer una comida caliente y compañía en una fecha destacada en el calendario. El objetivo es precisamente este, dar una oportunidad a los usuarios para compartir un rato juntos en un día señalado en las fiestas navideñas.
«Ellos viven también el ambiente de Navidad y muchas veces están un poco desencantados. La idea es favorecer que tengan un momento familiar y puedan socializar entre ellos», ha señalado a ACN el director de la Fundación Bonanit, Josep Maria Carreto. Cada usuario puede pernoctar catorce noches seguidas en este espacio y pedir plaza cada tres meses. En este contexto, Carreto ha apuntado que algunos de los participantes han intentado «cuadrar» su estancia para coincidir con esta celebración. Como es habitual, la institución ofrece una comida especial los días 24 y 31 de diciembre.
La experiencia que se busca acercar es la misma que se vive estos días en los comedores donde se reúnen las familias. «Se hace de otra manera, pero como se podría hacer en cualquier casa. Pondremos las mesas, comeremos entremeses, repartiremos turrones, cantaremos villancicos, veremos la televisión... como en cualquier familia, pero de veintimuchos, somos una familia grande», ha aseverado Loli Santillana, trabajadora de la fundación. Junto con una voluntaria que se ocupa de las entrevistas a los usuarios, es una de las personas más veteranas a la institución. Aunque la fundación está activa desde el 2006, las comidas de Navidad se empezaron a celebrar a partir del 2013.
Un 2023 similar a años anteriores
Según Carreto, durante todo en el 2023 se han atendido unas 500 personas sin hogar, una cifra que se mueve en los parámetros «habituales» en la de años anteriores. La ocupación media se ha situado entre el 85% y el 90%, mayoritariamente hombres. Actualmente, el espacio ofrece dieciséis plazas para hombres y cuatro camas para mujeres separadas en habitaciones compartidas, además de comidas diarias y servicio de lavandería, así como acceso a baños y duchas.
La fundación se marca como reto de futuro aumentar la capacidad de atención del albergue, que está operativo todo el año excepto el mes de agosto. Entre otras medidas, se está estudiando la posibilidad de avanzar las horas de atención a los usuarios, una circunstancia que vendrá determinada por la capacidad económica y de recursos humanos de la institución. Hoy por hoy, a la fundación trabajan tres monitores de noche, dos personas de refuerzo y una trabajadora de la limpieza.