Comercio
Pasteleros y panaderos prevén una buena campaña de venta de roscones de Reyes
El roscón de mazapán sigue siendo el más pedido, seguido del de crema y el de nata
Varias pastelerías y panaderías de Tarragona prevén una buena venta de roscones de Reyes, igual o superior que el año anterior. El roscón de mazapán sigue siendo el más pedido, seguido del de crema, el de nata y otros no tan tradicionales, como los de trufa o cabello de ángel.
«Les pedidos han ido a buen ritmo desde antes de Navidad», comenta Josep Gonzalez, propietario de la Pastelera Conde i President del Gremio de Artesanos Pasteleros de Tarragona. El establecimiento empezó a recibir encargos desde antes del inicio de las fiestas navideñas, pero el 4 de enero paró de aceptar, principalmente aquellos especiales que piden roscones sin fruta confitada o sin gluten, por ejemplo. Con todo, Gonzalez remarca que, si alguien necesita un roscón de última hora, le pueden ofrecer uno de mazapán normal. Este tipo sigue siendo «el rey» de entre los roscones, seguido del de crema, el de nata y otros más esporádicos, como los de trufa o cabello de ángel.
Con respecto a los precios, el propietario de la Pastelería Conde explica que este año los ha subido un euro: «No es ningún beneficio para la empresa, ya que las cajas de cartón para los roscones se han encarecido mucho». Así, el roscón más grande, para 10 personas, sale a 48 euros, y, de los más pequeños, para 4 personas, a 19 euros. Otros establecimientos, como la pastelera Montserrat, han mantenido los precios, aunque «he subido los del resto de productos, como los canapés», declara su propietario, a Marc Margalef. Explica que producen tres tamaños diferentes de roscones de mazapán: la pequeña, para 4-5 personas, cuesta 20 euros; la media, para 8-10 personas, 30 euros; y la grande, para 12-14 personas, 42 euros.
Margalef añade que, este año, el |tamaño más pedido ha sido el medio, aunque cada vez recibe más peticiones para hacer roscones grandes. También explica que prevén ventas «igual o superiores a las del año pasado», sobre todo de roscón de mazapán y durante el día 6. Sin embargo, comenta que las ventas cada año se están repartiendo más entre los días 5 y 6 de enero. «Parece que la gente se come el roscón la noche de Reyes», expresa.
Por su parte, Xavi Sistaré, propietario del Horno Sistaré, se muestra «optimista» con respecto a las ventas de roscón, principalmente porque el establecimiento tiene la opción de hacer pedidos online, y porque este año han empezado a ofrecer un roscón sin gluten. Entre este, el de mazapán y el de crema, que comenta que cada vez se vende más, espera poder cumplir las previsiones que se han marcado en el horno.
La antelación, la clave
Los propietarios de los tres establecimientos coinciden en la importancia de que la ciudadanía pida los roscones con la mayor antelación posible, ya que se trata de un proceso culinario que requiere de cierta planificación: «Entre la noche del 4 y la madrugada del 5, se cuecen y fermentan las masas que hemos dejado hechas de los roscones. Repetimos el proceso entre la noche del 5 y la mañana del 6» —explica Gonzalez-. «Los artesanos necesitamos preparación, y, por eso, pedimos que la ciudadanía se anticipe el máximo posible», añade.
Por su parte, Sistaré cree que los clientes «se han acostumbrado a tener todo tipo de roscones en cualquier momento», como en los establecimientos que no se dedican a la pastelería artesanal. Con respecto a eso, Margalef explica que ellos limitan la producción de roscones de nata y crema, ya que requieren más tiempo, y no tienen las instalaciones ni la mano de obra de, por ejemplo, los supermercados. Además, remarca que «no puedes dejar estos roscones mucho tiempo en las neveras, porque la nata es fresca y la añadimos al momento de crear el roscón». Gonzalez declara que sucede una situación parecida con las cocas de Sant Joan.