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Urbanismo

La pacificación de las calles de Sant Pere y Gravina en el Serrallo empezará en febrero

Esta actuación, que durará cuatro meses, permitirá dar protagonismo al peatón con plataformas únicas

La empresa constructora GICSA será la encargada de ejecutar la reurbanización de las calles.
Gerard Marti Roig

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Una vez acabadas las obras de remodelación de la calle de Orosi en la Part Baixa, en febrero se iniciará una nueva pacificación en la ciudad. En esta ocasión, se transformarán las calles de Sant Pere y Gravina, que se encuentran escondidas en el interior del barrio del Serrallo. Según apuntan fuentes municipales, la previsión es que los trabajos para reurbanizar estos dos ejes empiecen dentro de un mes. El proyecto, que cuenta con una ayuda de los fondos europeos Next Generation, supondrá una inversión total de 916.554,20 euros.

Muchas empresas estaban interesadas en realizar esta pacificación. Hasta siete empresas presentaron su oferta en la licitación que publicó el Ayuntamiento de Tarragona el pasado noviembre. Finalmente, la compañía GICSA, que obtuvo la puntuación más alta, ha sido la escogida. Está previsto que el plazo de ejecución de las obras sea de cuatro meses.

Así pues, el proyecto de remodelación podría estar listo en verano, justo en la temporada que más afluencia tiene el Serrallo, con la llegada de las altas temperaturas y los turistas. Esta actuación dará vida a la calle de Sant Pere y a la de Gravina, que quedan detrás de los restaurantes del paseo marítimo.

El objetivo principal es que los peatones tengan uso preferente en estas vías y pasen a tener más protagonismo. Con esta premisa, el principal cambio que se llevará a cabo es que los ejes interiores del barrio marítimo pasen a ser de plataforma única. Para reforzar eso y dar más seguridad a los peatones, se reducirá la velocidad máxima del tráfico motorizado.

En el informe justificativo del proyecto se expone que «las calles son estrechas y disponen de aceras que no cumplen la actual normativa de accesibilidad en los espacios públicos». Cuando finalicen las obras, estas tendrán dos metros de anchura y la calzada, 2,5. Este cambio implica la desaparición del cordón de aparcamiento público en estas calles, donde se creará una nueva red de recogida de aguas pluviales.

Por otra parte, el proyecto contempla la reordenación de las líneas telefónicas y eléctricas, que pasarán de ser aéreas a estar soterradas. Aparte de la mejora estética, eso servirá para dar respuesta a los problemas de seguridad y accesibilidad en las viviendas.

Subvención europea

Durante el mandato anterior, el Ayuntamiento obtuvo una ayuda de 3,5 millones de euros para el proyecto Tarragona, entre el azul y el verde. El plan incluye diferentes actuaciones para conseguir un turismo verde y sostenible, mejorar la eficiencia energética y avanzar en la transición digital. Del total, 756.554 euros se destinarán a la pacificación de las calles de Sant Josep y Gravina.

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