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El Plan Integral de la Parte Baja de Tarragona formula 25 acciones para transformar el barrio

Se reformarán los ejes históricos de las calles Real y Apodaca, se crearán varios equipamientos culturales y se impulsará el tejido social y comercial del barrio

El documento final se presentó ayer delante de más de un centenar de personas en la Sala Genius del Palau de Congressos.Gerard Marti Roig

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El Plan Integral de la Parte Baja (PIPB) ya es una realidad. Después de más de un año de análisis y trabajo, el Ayuntamiento de Tarragona tiene terminado su hoja de ruta para transformar este barrio de la ciudad, que ha sufrido una gran degradación durante los últimos años. El documento final, que se presentó ayer delante de más de un centenar de personas en la Sala Genius del Palau de Congressos, contempla 25 actuaciones de mejora en el ámbito urbanístico, comercial, social y cultural. Los objetivos de este ambicioso proyecto están claros: vivir en el barrio, convivir, disfrutarlo y activarlo. Para hacerlo posible, se llevarán a cabo acciones como la reforma de los ejes de calle Real y Apodaca o la creación de equipamientos culturales.

En el 2022, se inició una diagnosis de la Parte Baja, necesaria para la redacción del PIPB. Esta permitió, entre otros, saber que el barrio del Puerto tiene 7.645 habitantes y que la población de la zona es ligeramente más envejecida que la media de la ciudad. De hecho, un 20% del total se jubilará en los próximos 15 o 25 años. En noviembre de aquel año, se constituyó el Grupo Impulsor del Plan Integral de la Parte Baja y, posteriormente, se llevó a cabo el proceso participativo, que ha contado con 395 respuestas de una encuesta ciudadana.

Por otra parte, se recibieron 89 propuestas que el equipo redactor del PIPB ha tenido en cuenta para elaborar el documento. Estas se han acabado agrupando en 11 líneas de actuación, que se concretan en 25 acciones. Uno de los principales bloques contempla la mejora en el ámbito de la vivienda con la redacción de un plan de rehabilitación, la creación de comunidades energéticas, la revisión del planeamiento urbanístico para proveer vivienda y proteger el patrimonio o la regulación de las viviendas de uso turístico.

El Plan Integral de la Parte Baja también da mucha importancia a la renovación y dotación del espacio público. En este sentido, plantea cinco grandes ámbitos de actuación. El primero plantea la creación de un balcón de la Parte Baja. Mediante la reforma de las calles Zamenhof, Capuchinos, Arquitecte Rovira y Pons de Icart, se quiere generar puntos panorámicos desde los cuales se pueda observar el patrimonio de la ciudad, como el Teatro Romano o las termas de Sant Miquel.

«Les tenemos que recuperar sí o sí para abrirlo a la ciudadanía», apuntaba el alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales, durante la presentación de las actuaciones. «Me gusta especialmente esta actuación», afirmaba el alcalde, a quien cree que es «estimulante».

La fachada marítima

El segundo ámbito de actuación prevé la mejora de la fachada marítima, con la futura rambla de Mar, con las aceras más anchas y con los paso del tranvía y el carril bici. Por otra parte, se quiere renovar el entorno de la estación de tren, para tener una nueva puerta ferroviaria. Esta actuación implicará la reforma de la plaza de la Pedrera, con la eliminación de las jardineras elevadas.

En este espacio, donde los peatones tendrán preferencia, habrá áreas de estancia y juego infantil, así como zonas de sombra. De esta manera, se dará continuidad a la pacificación de la calle de Orosi, dignificando una de las principales entradas de los visitantes en la ciudad.

Los dos últimos ámbitos de actuación se centran en la reforma del eje histórico de la calle Real y el de la calle Apodaca. Con estos proyectos, se transformarán dos espacios emblemáticos y de referencia al barrio, como son la plaza de los Carros y la plaza de los Infantes.

Con el PIPB, también se ha querido fortalecer la cohesión social en la Parte Baja. Para conseguirlo, se convertirá el antiguo cuartel de Santiyán en un equipamiento sociocultural y comunitario. El edificio de la fábrica de Chartreuse y los Almacenes del Trigo también serán equipamientos culturales. Además, se prevé instalar una oficina de barrio (OMAC).

Por otra parte, se impulsarán varios programas para el impulso, apoyo y modernización del comercio y los servicios básicos del barrio, así como para revitalizar los locales comerciales vacíos. Con la intención de dinamizar económicamente la zona, se impulsará una incubadora de negocios de artesanía y moda de autor. El Plan Integral de la Parte Baja también incluye un programa de apoyo al asociacionismo y a la cultura popular, además de un plan de lucha contra el sinhogarismo.

También se reestructurará la movilidad y se reordenará el aparcamiento en el barrio y se quiere colocar ascensores y escaleras mecánicas en ciertos puntos, como la calle de Castaños. Con respecto al patrimonio, el documento prevé la creación del espacio museístico del Teatro Romano y la mejora de la accesibilidad en el recinto.

Algunas actuaciones, como la instalación de un colector de aguas pluviales en Torres Jordi para solucionar los problemas de inundabilidad, serán una realidad a corto plazo. Otros, pueden ejecutarse el siguiente mandato. Hay que tardarán más de 8 años en llegar, ya que dependen de subvenciones de otras administraciones.

Herramienta de revitalización

«El Plan Integral de la Parte Baja es una herramienta de regeneración urbana y revitalización del barrio», aseguraba Viñuales, a quien adelantaba que el documento pasará por el pleno para que sea aprobado por los grupos municipales del consistorio. «Quiero que lo apruebe la ciudad», indicaba.

García: «La transformación urbanística comporta cambios sociales y comerciales»

El consejero de Territori del Ayuntamiento de Tarragona, Nacho García, aseguraba ayer en una atención a los medios que «el Plan Integral de la Parte Baja es un punto de inflexión para la zona». El edil recordaba cómo Campclar, el barrio donde se crio, vivió una gran renovación hace años gracias también a la ejecución de un plan integral. Tal como pasó en aquella ocasión, el consejero prevé que, en la Parte Baja, «la transformación urbanística comportará cambios a nivel social y comercial que todavía perduran», afirmaba.
En este sentido, García destacaba que el documento integra actuaciones en diferentes sectores. «El más importante y visual es el urbanístico, pero sin otras aportaciones no cambia nada», apuntaba al consejero. En este sentido, el responsable del área de Territori remarcaba que se llevarán a cabo «intervenciones culturales, sociales, comerciales y de patromini».
Con respecto a las quejas de algunos vecinos sobre la falta de comunicación del Ayuntamiento con respecto al PIPB, el edil indicaba que, después de hacer la diagnosis, «hubo un proceso participativo en el cual se tuvieron en cuenta las reivindicaciones vecinales». Durante los últimos meses, sin embargo, «el equipo redactor necesitaba su tiempo para ver cómo incorporaba sus propuestas y como las encajaban en el primer modelo del plan integral».
Finalmente, el documento final está redactado y publicado y, ahora, toca poner en marcha la maquinaria. «Es la hoja de ruta que tenemos que seguir los próximos años para regenerar este barrio», afirmaba el consejero. García detallaba que «todas las actuaciones están calendarizadas en varias fases: a corto, medio y largo termine». Es decir, durante este mandato, en el siguiente o al cabo de ocho años. El recolector de aguas pluviales en Torres Jordi o la reforma del eje Unió-Prim-Apodaca serán algunos de los que se empezarán a ejecutar pronto.
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