Director de la Escuela Municipal de Música de Tarragona
Alexis Lanza: «La Escuela Municipal de Música tiene que ser un referente para la ciudadanía, y devolver lo que nos ha dado»
El director de la Escuela explica el día a día en las instalaciones de su sede en la calle de Armanyà, y revela nuevos proyectos que pronto verán la luz, como un proyecto Erasmus Plus con Monastir, en Túnez
— Cómo describirías el día a día en las instalaciones de vuestra sede en la calle de Armanyà?
— Lo llevamos bien. Hay días que hay más alumnos, como los lunes, pero tenemos unas instalaciones que nos permiten tener muchos alumnos simultáneamente. Es una escuela que parece pequeña, pero no lo es: tiene tres alturas y engloban muchas aulas. Al mismo tiempo tenemos las sedes de Sant Pere i Sant Pau, donde estamos los lunes, miércoles y viernes, y este año hemos trasladado la sede de Campclar a Ponent, donde damos clases martes y jueves.
— ¿Qué aspectos positivos y a mejorar destacarías de la sede principal?
— Es un espacio muy acogedor. Yo ya hace muchos años que trabajo aquí, desde 1998, y los profesores nso sentimos muy a gusto aquí. Además, tenemos una situación privilegiada en el núcleo urbano, estamos en el centro. Con todo, siempre hay cosas que mejorar, desde la pintura a temas de sonorización. Cuando se remodeló el edificio para que se ubicara la escuela, antes del 94, no se pensó en este tema. Ahora la arquitectura empieza a fijarse en la sonorización de los espacios, desde restaurantes hasta escuelas. Hemos ido haciendo reformas durante estos años, como sonorizar e insonorizar el aula de percusión. Para mí, el gran tema sería poder continuar con estas acciones. Con pocas actuaciones, conseguiríamos un confort auditivo muy bueno.
— Se está planteando la posibilidad de un posible traslado, junto con la Escuela y Conservatorio de Música de la Diputación, en la Tabacalera. ¿Cómo lo valoras?
— Si las instalaciones cumplen lo que es necesario para que se den las clases de música y son mejores, adelante. Con todo, estamos bien aquí, tenemos lo que necesitamos en general, y ahora estamos centrados en trabajar en nuestros proyectos y el día a día, que no es poco. Igualmente, creo que el traslado no depende de nosotros, iremos donde nos digan, pero sí que espero que, como mínimo, cuenten con nuestra visión técnica. De momento, sin embargo, no ha habido nada claro que indique que nos moveremos.
— ¿Con cuántos profesores contáis actualmente en plantilla?
— Ahora mismo en plantilla tenemos, contando los profesores con jornadas parcial y las sustituciones, 35 profesionales. Podemos estar contentos con esta cantidad, y además es una plantilla competente. Tenemos problemas como todas las escuelas de música, principalmente para cubrir necesidades temporales y encontrar especialistas. Para que te hagas una idea, tenemos una bolsa de trabajo que, de una especialidad, tienes diez profesionales. Cuando se acaban, tampoco puedes compartir bolsa por temas de normativa local. Este es el handicap que tenemos.
— Desde la Escuela, os habéis propuesto llegar al número de matriculaciones prepandemia. ¿Habéis alcanzado el objetivo?
— No del todo, pero estamos en camino. Es una progresión lineal, vamos incrementando cada curso y estamos muy cerca. Cuando entramos en pandemia, teníamos 615 matriculados, y ahora, estamos sobre los 580. Fluctúa un poco, porque, como tenemos matrícula viva, puede ser que mañana se matricule otra persona.
— ¿A que crees que se debe este buen ritmo?
— En parte creo que es porque estamos haciendo un buen trabajo interno, y porque la Escuela tiene un cierto nombre en la ciudad. También por nuestro proyecto educativo, que es acogedor y no excluye a nadie: puede unirse todo el mundo, sepa música o no, sea grande o pequeño, y pagando un precio razonable. Con todo, creo que si no incrementamos más las matrículas en la escuela, es porque estamos en una situación económica delicada.
— ¿Qué proyectos nuevos tenéis entre manos?
— La participación en un proyecto Erasmus Plus con la ciudad de Monastir, Túnez, y otra iniciativa con el Instituto Municipal de Educación (IMMET), titulado Música i Ciutat. En el primer caso, los alumnos de Monastir vendrán entre los días 7 y 13 de julio. Entre estos días, trabajaremos conjuntamente un repertorio, que se irá ampliando a medida que nos vayamos encontrando. Después, con un grupo de 15 alumnos de entre 13 y 18 años, viajaremos a Túnez en julio de 2025.
— ¿En qué punto se encuentra el grupo de trabajo ‘Música i Ciutat’?
— Muy avanzado, hasta hoy hemos planificado las tres acciones: un baile popular a Ponent, en abril; un encuentro de batucadas en mayo, en la Anella Mediterránea; y una concentración de todos los proyectos que hemos hecho, en la plaza Corsini, en junio. Estamos intentando aglutinar el máximo de agentes de la ciudad, ya que el objetivo del proyecto es repercutir en el territorio y unirlo a través de la música. La Escuela tiene que ser un referente para la ciudadanía, y también tiene que ser capaz de devolver todo lo que nos han dado.