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Comodines con trampa

El margen de maniobra del gobierno se puede ampliar con los no adscritos

Imagen de archivo del exportavoz de Vox, Javier Gómez, durante una intervención en el pleno del Ayuntamiento de Tarragona.Gerard Martí

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Hasta ahora, el gobierno municipal del Ayuntamiento de Tarragona ha estado jugando las mismas cartas para conseguir sacar adelante temas de ciudad importantes. Esquerra Republicana, Junts per Catalunya y En Comú Podem han sido las tres opciones entre las que se ha movido el ejecutivo socialista para aprobar el nuevo contrato de la basura y su adjudicación, así como la modificación de las ordenanzas fiscales -ERC se opuso— y el presupuesto para el 2024.

Un movimiento repentino dentro del Salón de Plenos, sin embargo, puede permitir al alcalde, Rubén Viñuales, ampliar su margen de maniobra. La semana pasada, los consejeros Javier Gómez y Jaime Duque abandonaron el grupo municipal de Vox para pasar a condición de no adscritos. Este cambio puede llegar a sacudir de alguna manera el consistorio, ya que se han introducido dos comodines en un juego de cartas que parecía cerrado.

No ha pasado todavía un año desde que se celebraron las últimas elecciones municipales, en las que se consumó la victoria del PSC. En medio de la euforia, Viñuales lamentó que Vox consiguiera por primera vez representación en la capital tarraconense. El alcalde también manifestó su intención de trazar un cordón sanitario para aislar al partido de extrema derecha.

De hecho, los socialistas decidieron excluirlos de las empresas mixtas y minimizó su presencia en las municipales. Es cierto que Gómez y Duque se han dado de baja de la militancia de Vox, ¿pero eso es suficiente para que el gobierno municipal empiece a contar con ellos? Quizás, en casos de extrema necesidad, pueden servir como comodines. Lo cierto es que se ha abierto una puerta y será Viñuales quien sopesará si quiere cruzarla.

Eso sí, es una opción con trampa, ya que puede condicionar posibles futuros acuerdos con los otros partidos de la oposición para la aprobación de nuevas medidas o de cuestiones cruciales para la ciudad, como podría ser el nuevo POUM. Con la figura de los consejeros no adscritos dentro de la ecuación, las variantes crecen exponencialmente. Es cierto, sin embargo, que sin ellos y estando en minoría, el PSC ya ha podido superar con nota las diferentes pruebas de fuego que ha tenido en el primer tramo de mandato.

ERC, Junts y ECP han sido los socios habituales. Todos ellos también han descartado siempre posibles acuerdos con Vox. Aunque los consejeros no adscritos hayan abandonado la formación ultraderechista, algunos de los grupos de la oposición seguirían sin aceptar acuerdos con el gobierno municipal en los que los dos ediles puedan estar involucrados. En ciertos casos, se podría llegar a un consenso, pero el ejecutivo socialista tendría que pagar un precio alto.

El inicio de una nueva etapa

Una de las dudas que se desprende de la salida de Gómez y Duque de Vox es cuál será la actitud de los dos consejeros a partir de ahora. En su comunicado, denunciaban la «deriva involutiva» del partido con respecto al reconocimiento de los «derechos y libertades» de sus cargos electos. Todo invita a pensar que, sin la tutela y la presión que sufrían desde la cúpula, ofrecerán una cara más colaborativa.

Cabe decir que, en el 2023, Vox votó un 73% de las veces a favor de las propuestas presentadas por el gobierno en sesión plenaria, según un informe presentado por ECP. Pero hay que remarcar que en materias importantes como el contrato de la basura, las ordenanzas o el presupuesto, votaron en contra. Ahora, como no adscritos, podrían pasar a tener un papel más relevante, convirtiéndose en comodines para la aprobación de temas primordiales.

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